El otorgamiento de licencias para cuidados paternales en los órganos del Poder Judicial de la Federación (PJF) es una medida que beneficia a hombres y mujeres, así como a parejas homoparentales, porque con ello se combate de manera frontal el estereotipo de que las mujeres son las únicas responsables de la crianza, con el fin de que los hombres se involucren en todas las atenciones que requiere un nuevo integrante de la familia, además de compartir con sus parejas dichas experiencias y necesidades, afirmó Alejandra Spitalier Peña, secretaria general de la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
En entrevista con La Jornada, la funcionaria detalló los alcances de este programa, cuyo primer beneficiario fue un integrante del equipo de seguridad institucional, y que garantiza a todos los trabajadores de la Corte y del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) la posibilidad de disfrutar, al lado de sus parejas, tres meses para convivir y disfrutar la llegada de un nuevo integrante de la familia, lo que incluye casos de adopción.
“A partir del primero de octubre, el ministro presidente Arturo Zaldívar lanzó en la Corte estas licencias de paternidad que igualan, por primera vez para hombres y mujeres, los tres meses completamente pagados de la licencia de maternidad. Lo mismo ocurre con el CJF, ya que también se aprobó un acuerdo plenario que ordenó su vigencia.
“El derecho no nada más se podrá otorgar a papás, sino también a mamás de aquellas parejas homoparentales donde la mamá no gestante sea trabajadora del Poder Judicial de la Federación y quisiera tener esta licencia para ejercer una crianza compartida. De esta manera, la mamá gestante (puede aprovechar) los tres meses que otorga la Ley Federal del Trabajo en otro empleo, lo cual confirma el compromiso del ministro Zaldívar, al ser una medida que no nada más beneficia a las mujeres como género y a los papás como progenitores, sino a todos los tipos de familia”, explicó Spitelier Peña.
También aseguró que “con las licencias de paternidad se busca que los hombres se involucren en la crianza y que ésta sea corresponsable, que desde un principio exista un conocimiento completo del manejo de las circunstancias del hogar y que a la larga produzca una igualdad y en la casa se genere una repartición mucho más equilibrada de los deberes domésticos.
“Esto implicará que las mujeres tengan más tiempo, y en consecuencia más opciones, (para que) si deciden ejercer una opción laboral cuenten con más tiempo que les permita tener mejores ingresos, puestos y responsabilidades.”
Las licencias de paternidad “eliminan completamente la discriminación laboral, en la medida en que cuando un jefe estuviera frente a un hombre o a una mujer el ejercicio de la maternidad (no sería un tema a tratar), porque tanto ellas como ellos pueden tener su familia y de igual forma se ausentarían, entonces ya no es que ‘prefiero al hombre frente a la mujer, porque ella posiblemente pueda tener familia y se va a ir tres meses pagados y se me va a abrir un hueco en la oficina’.
“Entonces, si ya estamos eliminando la desigualdad, en consecuencia se combate la discriminación laboral. Por último, esto ayuda a reducir las brechas salariales que todavía existen, desafortunadamente, y que perjudican a las mujeres frente a los hombres por las mismas razones.”