Houston. Mientras la Corte Suprema de Estados Unidos considera una controvertida ley contra el aborto en Texas, algunas comunidades de este estado conservador decidieron no esperar y se declaran "ciudades santuario para los no nacidos".
Inspirándose en la ley de ese estado del sur del país que prohíbe el aborto tras seis semanas de gestación -cuando se perciben los latidos del corazón-, sin excepciones por violación o incesto, unos cuarenta municipios texanos aprobaron medidas que prohíben efectivamente el procedimiento en su territorio.
Esta semana, Anson, una ciudad de unos dos mil 400 habitantes en el centro de Texas, se convirtió en la última comunidad en adoptar una ley semejante.
"Estoy aquí hoy por… los no nacidos inocentes que no pueden hacerse oír", dijo Mariah Mayo, una enfermera local, según Liveaction.org, una organización antiaborto.
"Estoy 100 por ciento de acuerdo con lo que dijo mi predicador y yo también quiero que se prohíban los abortos. Agreguemos esto a las muchas razones por las que estamos orgullosos de vivir en la gran ciudad de Anson, Texas", agregó.
Varios estados gobernados por el Partido Republicano aprobaron a lo largo de los años leyes que restringen la interrupción voluntaria del embarazo, pero fueron anuladas por los tribunales en virtud de que violaban fallos de la Corte Suprema que garantizan el derecho al aborto hasta que el feto sea viable fuera del útero, en general de 22 a 24 semanas.
La ley de Texas otorga además al público el derecho a demandar a los médicos que realizan abortos, o a cualquier persona que ayude a facilitarlos desde que se perciben los latidos del feto y cuando muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas.
En los últimos años, el término "ciudades santuario" se utilizó para aludir a las comunidades demócratas que aprobaron leyes de protección a los inmigrantes indocumentados de la deportación durante el gobierno del expresidente Donald Trump.
Obispos estadunidenses se disponen a debatir la elegibilidad de Biden para la comunión
Los obispos católicos de Estados Unidos tienen previsto revisar esta semana si el apoyo del presidente Joe Biden al derecho al aborto debería descalificarlo para recibir la comunión, una cuestión que ha profundizado las divisiones en la Iglesia desde que el demócrata asumió el cargo.
En la conferencia que se celebrará del 15 al 18 de noviembre en Baltimore, los obispos tienen previsto votar un documento que aclara el significado de la Sagrada Comunión, un sacramento fundamental para la fe.
Un comité redactó el documento después de la conferencia de los obispos de junio, en la que debatieron si tomar una posición sobre la elegibilidad de católicos prominentes como Biden -cuyas acciones políticas dicen que contradicen la enseñanza de la Iglesia- para recibir la comunión.
Biden, el primer presidente católico desde John F. Kennedy, ha dicho que se opone personalmente al aborto pero que apoya el derecho de la mujer a elegir. Se ha comprometido a proteger el derecho al aborto frente a las leyes cada vez más restrictivas promulgadas por algunos estados.