Buscando mejorar servicios pero sin que los trabajadores del Programa IMSS-Bienestar (PIB) disfruten 100 por ciento del contrato colectivo de trabajo-IMSS, ni los del Insabi con nombramientos de base definitiva, en noviembre 2021 el director del IMSS, Zoé Robledo, declaró que la “meta” es que los hospitales a cargo de los gobiernos estatales en 2024 se conviertan en hospitales del PIB operados por una institución de más fortaleza como es el IMSS.
Así cumple la instrucción presidencial –junio 2021– para que el PIB asuma 120 hospitales estatales más, para sumar 200, con la encomienda de garantizar el derecho a la salud, ya en la nueva normalidad pospandémica y con presupuestos federales sectoriales reforzados para 2022.
A pesar de la comprometida situación de sus servicios, también en noviembre, Luis Ramírez, director del Issste, comunicó que AMLO instruyó que –con IMSS/ Insabi– ampliara la atención médica. Se trata, dijo, de “concretar” un sistema universal como “objetivo” del gobierno para lograr un servicio más “ágil y efectivo”, sobre todo en pequeñas comunidades, aprovechando recursos humanos, materiales, espacios físicos y equipos médicos de “todo” el sector.
Después agregó que aprovechando las capacidades, en 2022, el Issste buscará “subrogar” servicios con IMSS y “viceversa”: hay entidades donde el IMSS tiene consultorios y médicos disponibles que nos “pueden” dar servicio. Con Zoé Robledo “estamos” revisando las tarifas que estaban desactualizadas. Se trabaja “hacia” la universalización. El programa “piloto” es con el IMSS y “posteriormente” con los servicios estatales de salud.
Previamente, Robledo sostuvo –agosto 2021– que la centralización de hospitales del PIB iniciará en entidades gobernadas por Morena para evitar resistencias de los gobernadores, estructurando un sistema de salud compartido con expediente clínico único. Y aclaró que no fue posible que el PIB pasara a operar los servicios del Insabi porque sus trabajadores corresponden al Apartado A. Siguió la Operación “Centralización” que, bajo la responsabilidad del IMSS, inicia tareas censando todos los servicios sanitarios en Colima, Durango, Guerrero, Nayarit, Oaxaca y Sonora con vistas a operarlos en el PIB.
Entonces ¿se montará esta universalidad de facto sobre el actual PIB, estructurada sobre qué modelo de atención y con qué capítulo laboral?
Respecto al actual PIB hay que subrayar que, lamentablemente la 4T asumió que, después de 41 años de operación su Modelo de Atención Integral a la Salud (MAIS) estaba intacto. Una grave inexactitud que conlleva severas consecuencias. En realidad, éste MAIS -gracias al Prian (2000-18)- hoy vive una descomposición orgánica: impone servicios médicos degradando el equilibrio que debía acompañarlos con actividades de Acción Comunitaria realmente preventivas. Veáse, Sánchez, Leal, Escobar, León, Acción comunitaria en el IMSS-B. Visiones operativas de la otra historia, 2021. ¿Se montará sobre éste PIB la universalidad?
Sobre el modelo de atención hay que recordar que, desde abril de 2019, la 4T adoptó como su estrategia madre –para orientar la entera política sectorial– el modelo alternativo sanitario de Atención Primaria a la Salud (OPS) contenido en el Informe de Salud Universal de OPS. También se pusieron sobre la mesa los modelos de SSA: APSI-1 y del Insabi: SABI, en el marco del informe OPS. Y con la pandemia encima, arreció la lluvia de “modelos” estatales (Chiapas, Tabasco, Puebla, Oaxaca), también presentados como de APS, aunque específicamente diseñados para mitigar la propagación del Covid-19, con la OPS y el Instituto de Salud Pública. Deben agregarse el modelo “comunitario” de la CDMX y los Comités Comunitarios del Régimen IMSS-Ordinario que, presentados como APS, operaron sobre la pandemia. Veáse, Sánchez, Leal, Escobar y León, Seis modelos de atención en la 4T, 2022. Por su prioridad sólo preventiva, es claro que ninguno de ellos compite con el equilibrio atención médica-acción comunitaria del MAIS, aún en su ruinoso estado actual. Entonces ¿sobre qué modelo se montará la universalidad?
Finalmente, sobre el capítulo laboral el propio Robledo reconoció que no fue posible que el PIB pasara a operar los servicios-Insabi porque sus trabajadores corresponden al Apartado A. Entonces ¿sobre qué capítulo laboral se montará la universalidad?
Sin discutir aún la condición de afiliación-coberturas, para mejorar servicios y seguir salvando vidas, lo deseable sería servirse del Modelo IMSS de Atención (Régimen Ordinario), también en el Issste, con significativos aumentos salariales para los equipos de salud y con el capítulo laboral plenamente definido.
Siguiendo la toma de decisiones presidencial-unipersonal que conformó la agenda sectorial 4T (federalización), corresponde, ahora, informar al decisor AMLO sobre los riesgos en curso. Porque sin modelo de soporte y equipos de salud bien remunerados, no hay 4T.
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco