La Cámara de Diputados entró a un juego de vencidas entre el bloque opositor y el mayoritario. Después de dos jornadas de discusión –de 12 horas cada una–, sin que se modifique el gasto público para el próximo año, el reto es ver quién se cansa primero, y sin que nadie lo pare, las diputadas de Morena y PT escalaron el conflicto con las panistas y perredistas.
Como en la escuela, las legisladoras literalmente ya se traen. El pleito es tal, relató Lilia Aguilar (PT), que Mariana Gómez del Campo (PAN) empuja con el hombro a sus opositoras, cuando las encuentra en los pasillos. Y ayer la panista Teresa Castell de Oro llamó “víboras, narcodiputadas, narcosatánicas, borregas” a las integrantes del bloque mayoritario.
En una sesión donde los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática se declararon “en resistencia” y advirtieron que no retirarán ni una de sus reservas, aun cuando el debate se extienda hasta el martes, los insultos cruzaron los dos lados del salón.
“¡Su gobierno es una basura!”, exclamó en la tribuna Gómez del Campo, cuando intentaba defender al ex presidente Felipe Calderón. Desde su curul, el morenista José Luis Flores Pacheco pidió ilustrar al pleno: “¿Quién fue el presidente más borracho y asesino del país?”
Sus compañeros de bancada terciaron: “¡El tío de Mariana!” Marisol Gasé, integrante de la compañía Las Reinas Chulas, exclamó: “¡Mariana, es viernes y tu tío lo sabe!” Ya en ese tono, la petista María Rosete llevó a la tribuna una cartulina que reproducía un meme de Calderón: “Calmémonos con un bacacho”.
Al no avanzar ninguna reserva, las bancadas se dedicaron al ataque, incluso personal. La perredista Olga Luz Espinoza fue increpada por su filiación a la corriente de Los Chuchos en el PRD.
“¡Chucha, chucha!”, le gritaron. Espinoza reviró: “Me gritan chucha, ¡pero (lo) prefiero a ser borrega siguiendo a un ganso!”
Marisol Gasé escaló el insulto. En un pizarrón blanco que levantó y mostró hacia la tribuna, la legisladora de Morena escribió: “Culera”. Gómez del Campo demandó que la mesa directiva tomara nota del insulto. En la curul contigua a Gasé, Flores Pacheco trató de atenuar: “Culero significa miedoso”.
No obstante, el presidente de la cámara, Sergio Gutiérrez Luna (Morena), lo atajó: “esa palabra es injuriosa. Les pido se abstengan de esas expresiones a todas y a todos”.
Al mediodía, los coordinadores de PAN, PRI y PRD criticaron la “cerrazón” de la “aplanadora guinda”, pero no lograron una posición única frente a las reformas constitucionales.
Mientras PAN y PRD advirtieron que se cancela cualquier posibilidad de diálogo, el tricolor dijo estar dispuesto a la negociación. Decidieron, eso sí, mantener todas las reservas, aun si ello implica continuar cuatro días más. La sesión, pues, se estancó y, al cierre de esta edición, de las 132 hojas que incluye la lista de oradores, se habían desahogado apenas 22.
Responden a los insultos
El tedio de la tarde lo rompieron diputadas de Morena y PT, que hicieron frente a los calificativos que les han endilgado las panistas y perredistas: “aborteras, brujas, verduleras, borregas, avales del andrescentrismo…”
Las diputadas de la mayoría llevaron a la tribuna escobas de ramas y en cartulinas escribieron los mismos adjetivos que la derecha utiliza, dijeron, para justificar las agresiones contra las mujeres en el país: “putas, brujas, aborteras”.
Lilia Aguilar recordó cómo el ex delegado de la desaparecida Procuraduría General de la República, Arturo Chávez, afirmó que a las mujeres en Ciudad Juárez las asesinaban y violaban “por prostitutas”. Aguilar Gil atajó: “las etiquetas del panismo no nos definen, como no definen a las mujeres de México, y no nos van a hacer claudicar. Ni putas ni abortistas. Somos mujeres libres y pensantes”.
La mesa directiva decidió alargar la sesión hacia medianoche y, a falta de un presupuesto aprobado para la fecha, Morena y sus aliados se preparaban a cantarle Las Mañanitas al presidente Andrés Manuel López Obrador en su cumpleaños.
En el colofón de un día de furia, la diputada migrante Olga Leticia Chávez Rojas tomó su escoba y la extendió a su compañera Salma Luévano. La diputada transgénero de Morena secundó jocosa: “¡Yo vuelo sola!”