En 2019, unos 17 millones de productores en el mundo sembraron 180 millones de hectáreas con cultivos transgénicos, “nutridas de glifosato”. Esta superficie representa prácticamente el territorio nacional, señaló Víctor Manuel Toledo, científico y ex titular de Semarnat.
Al participar en el sexto Encuentro de Agroecología y Economía Campesina, indicó que el modelo agroindustrial es considerado ya uno de los sistemas alimentarios “terriblemente dañino” para el medio ambiente y la salud humana.
En cambio, dijo, la agroecología implica las cadenas y circuitos que forman el proceso, circulación, formación, distribución y consumo de alimentos; es un sistema que pone en cuestión el modelo ligado con los agronegocios, al plantear que “no necesariamente es la única opción obligada” para progresar.
El investigador refirió que entre los países con más de un millón de hectáreas sembradas con transgénicos se encuentran Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá, Chile, India y Paraguay.
En dichos sistemas se cultiva básicamente soya, maíz, algodón y canola, entre otros, impulsados por seis grandes corporativos biotecnológicos o agroalimentarios.
Esta gran acumulación basada en monocultivos, explicó, en Sudamérica alcanza unas 80 millones de hectáreas, las cuales provocan “el mayor hoyo negro, la mayor destrucción de la biodiversidad” del planeta por la mezcla de soya y maíz transgénicos.