Bruselas. La Unión Europea afirmó ayer que se han registrado “progresos” para frenar el flujo de migrantes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, después de que Turquía y algunas aerolíneas de otros países prohibieron a los ciudadanos de Siria, Irak y Yemen tomar vuelos con destino a Minsk, pero la tensión en la región y las críticas continúan.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su vicepresidenta, Kamala Harris, expresaron su preocupación por separado por la situación de los migrantes en la zona limítrofe.
La Autoridad de Aviación Civil de Turquía, que atiende un importante flujo aéreo entre Medio Oriente y Europa, tuiteó que esta medida se debe “a los problemas de cruces ilegales en la frontera entre Bielorrusia y la Unión Europea”, por lo que señaló que estará en vigor “hasta nueva orden”. Ankara dijo que “no tiene nada que ver” con la crisis migratoria.
La aerolínea bielorrusa Belavia expuso en un comunicado que “en virtud de una decisión de las autoridades competentes turcas, los ciudadanos de Irak, Siria y Yemen no tienen autorización para tomar vuelos entre Turquía y Bielorrusia”. Turkish Airlines, que es 49 por ciento de propiedad estatal turca, también se comprometió a limitar los vuelos.
Mohamed Al Sahaf, vocero de la cancillería iraquí, confirmó a la agencia de noticias Sputnik que su gobierno suspendió los vuelos directos a Minsk y aseguró que repatriará a sus connacionales varados en la zona que así “lo deseen”.
La Unión Europea dijo que recibió confirmación de que Iraqi Airways, que suspendió los vuelos a Minsk en el verano, no los reanudará. Ante esta crisis, también habló sobre el asunto con las agencias de vuelos Flydubai, Turkish Airlines, Royal Air Maroc, Air Arabia, Emirates, Qatar Airways, Etihad, Middle Eastern Airlines, Oman Air y Egypt Air.
“Estamos viendo progresos en todos los frentes”, dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en rueda de prensa en Líbano. Stephan de Keersmaecker, vocero de transporte de la comisión de la UE, dijo por su parte que “todas estas aerolíneas han condenado enfáticamente cualquier forma de tráfico humano”.
En esa frontera, según las autoridades polacas, hay entre 3 mil y 4 mil personas, entre ellos mujeres y niños, mayoritariamente kurdos, en un campamento improvisado, en el lado bielorruso, que esperan entrar a Polonia y a la UE. Al menos 10 migrantes han muerto en la zona desde el inicio de la crisis, reportó el diario polaco Gazeta Wyborcza.
Bruselas acusa a Bielorrusia de organizar estas caravanas de migrantes, entregando visados e incluso fletando vuelos, con el fin de intentar crear una crisis migratoria en Europa, en respuesta a las sanciones internacionales contra el gobierno de Alexander Lukashenko tras su relección. En estos días, el bloque revelará nuevas sanciones contra el mandatario.
El opositor bielorruso Pavel Latushka dijo a la agencia de noticias Ap que las autoridades de su país aumentaron a Minsk a unos 40 vuelos a la semana de Estambul, Damasco, Dubai y Beirut programados hasta el próximo marzo. Tan sólo ayer 10 aviones provenientes de Turquía, Egipto, Líbano y Emiratos Árabes Unidos aterrizaron en la capital, añadió.
Hans Kluge, director de la Organización Mundial de la Salud para Europa, dijo estar “muy preocupado” por las miles de personas vulnerables bloqueadas “en tierra de nadie a merced del clima a medida que se acerca el invierno”.
Biden sostuvo que su gobierno experimenta “gran preocupación” por la situación de los migrantes y por ese motivo las autoridades de su país se comunicaron con Moscú y Minsk, informó la Casa Blanca.
Desde París, la vicepresidenta, Kamala Harris, criticó las “preocupantes actividades” llevadas a cabo por Lukashenko en la frontera con Polonia, y confirmó que abordó la crisis con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en una reunión.
Tropas aéreas rusas y bielorrusas realizaron “ejercicios de combate” cerca de la frontera entre Bielorrusia y Polonia, anunciaron Minsk y Moscú. Durante las operaciones, dos soldados rusos fallecieron accidentalmente por fallas en sus paracaídas.
Estas maniobras, así como el despliegue de personal militar en la zona fronteriza por parte de Minsk y Varsovia, hacen temer una escalada en Europa del este, escenario de una lucha de influencias entre Moscú y Occidente.
Bruselas y Washington expresaron ayer su preocupación por los movimientos militares rusos más al sur, en la frontera entre Moscú y Kiev. El gobierno ruso garantizó que las entregas de gas a Europa no quedarán suspendidas pese a las amenazas de Minsk de bloquearlas por la crisis migratoria.