Buenos Aires. En un marco complejo por lo que sucede internamente, se celebrarán mañana las elecciones legislativas de 2021 en este país, que renovarán 127 bancas de la Cámara de Diputados del total de 257, además 24 escaños de los 72 que tiene el Senado aunque no todas las provincias elegirán representantes en ambas cámaras.
Los resultados son importantes porque la oposición derechista de Juntos por el Cambio se impuso en las pasadas elecciones Primarias, Abiertas Simultáneas y Obligatorias(PASO) en septiembre de este año, para elegir a los candidatos de cada partido, en medio de la pandemia, lo que causó sorpresa al oficialismo, pero éstos esto no definen el futuro de las presidenciales de 2023.
Estas elecciones transcurren en medio de una guerra mediática, económica y política, con evidente apoyo externo, y con dirigentes opositores, especialmente de la ultraderechista Propuesta Republicana (PRO) que encabeza la extraña coalición de Juntos por el Cambio, que piden la “inmediata” destitución del gobierno del presidente Alberto Fernández, y amenaza con un golpe de Estado, si logra controlar las cámaras.
Lo han declarado abiertamente los sectores más duros, entre los que está el ex presidente Mauricio Macri, sobre el que pesan gravísimas acusaciones entre ellas la del espionaje ilegal que incluso alcanzó además de políticos, propios y ajenos, a periodistas, y también a los familiares de las víctimas del submarino Ara San Juan, hundido en 2017,durante maniobras en el Atlántico Sur que no fueron aprobadas por el senado.
La ex ministra de Seguridad Patricia Bulrich, el ex ministro de Defensa Oscar Ahuad y otros funcionarios públicos, todos acusados con pruebas suficientes, documentos desclasificados que apuntan a Juntos por el Cambio, donde estas situaciones han originado enfrentamientos internos entre supuestas palomas y definidos halcones.
La oposición ha mantenido todo este tiempo una guerra abierta, manejando los resortes del poder en lo económico, después que la administración del ex presidente Mauricio Macri dejó el país arrasado y en situación de cesación de pago en 2019.
Sólo tres meses después de haber asumido y cuando recién comenzaba su política de recuperación económica, en un país donde habían cerrado miles de Pequeñas y medianas Empresas, importantes líneas industriales y la pobreza terminó abarcando 40 por ciento de la población el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner debió enfrentar la pandemia del Covid 19.
Fernández se encontró con un país donde el sistema de salud estaba en su más bajo nivel con hospitales cerrados, incluidos los construidos durante las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner en (2003-2015).
Se reconoce que este gobierno activó todos los recursos para enfrentar la pandemia convirtiéndose incluso en el primer gobierno en traer las vacunas, mientras la oposición derechista llamaba a desobedecer el necesario aislamiento, y quemaba cubrebocas en las calle, en una campaña mediática feroz.
Fue una lucha cotidiana a pesar de actualmente se ha logrado vacunar a la mayoría de la población, incluyendo los niños.
El actual gobierno además inició una negociación urgente de la enorme deuda externa contraída por Macri en cuatro años de gobierno. Mientras logró avanzar, recurriendo a diversos apoyos comenzó el difícil tramo de la negociación de los 57 mil millones de dólares solicitados al Fondo Monetario Internacional(FMI) a mediados de 2018, cuando ya se advertía que Macri podía perder las elecciones de 2015.
Las autoridades del FMI, en primer lugar su directora Christine Lagarde, en pleno idilio con el macrismo destinó la más alta cifra a un gobierno que ya había entrado en cesación, lo que terminó poniendo a ese organismo en la situación de admitir su “error”, habiendo entregado 45 mil millones de dóalres que se esfumaron de inmediato.
Ahoya ya no quedan dudas: Macri confesó en los últimos días haber “entregado” ese dinero a los bancos privados que querían irse del país por temor al retorno del peronismo al poder, cambiando luego este discurso admitiendo que se lo habían entregado para para poder ganar las elecciones del 2015 y continuar su mandato,
En estos días el Banco Mundial ha reconocido la fuga del país de más de 86 mil millones de dólares durante el gobierno de Macr mientras que los bancos privados triplicaron sus ganancias durante la pandemia, como lo hizo el poderoso grupo mediático Clarín y otro similares que controlan 98 por ciento de la desinformación en todo el país, La población que había comenzado a recuperarse en los primeros tres meses de 2019, volvió a hundirse en la pobreza por la pandemia.
Alberto Fernández, en su decisión de tratar de mantener del diálogo, tomó decisiones y posiciones en política internacional, que desencantaron a grandes sectores del peronismo de base, a los que comenzó a responder con una fuerte movilización en estos últimos días.
Las multitudinarias manifestaciones que caracterizan la salida del peronismo, el mayor partido de masas en el país, volvieron a las calles, ante las amenazas a una cantidad de logros democráticos; especialmente en el tema de la defensa de los derechos humanos.
Este gobierno ha sido víctima de una implacable guerra sucia, mediática, judicial, ya que durante la administración de Macri, con intervención directa de la embajada de Estados Unidos, se instaló una mesa judicial, desde la que magistrados instalaron causas falsificadas, que se expresaron en el llamdo lawfare, enviando a la cárcel numerosos presos políticos como en el caso de la dirigente social Milagro Sala, otro problema que enfrenta el gobierno y que crea tensión interna, asi como ciertas posiciones en política internacional que se contraponen con los principios del peronismo.
En estos momentos el talón de Aquiles es esa guerra política, mediática, que el sistema financiero intenta mantener y que dispara cada día el dólar ilegal, forzando la inflación que sobrepasa los salarios, violando los acuerdos con el gobierno , después de haber dejado vacíos al Banco Central y el Banco de la Nación.
El camino es duro, pero ha despertado la antigua liturgia del peronismo, que ve como cada día más amenazante la orden de hacer “gritar la economía,” la seguridad, magnificar cualquier acto de corrupción, mientras los grandes corruptos del país están amparados por la impunidad que también dejan abierta los poderes externos.
La oposición derechista ha infiltrado incluso a las fuerzas de seguridad, y vastos sectores y organizaciones sociales.
Esto es lo que intentan sostener los opositores, mientras el peronismo despierta del letargo, exigiendo una política más activa y definida, pero evitando la desunión, y aunque estas elecciones legislativas no determinan el futuro político son una señal abierta,
Lo entendió así la Confederación General del Trabajo que marchará el lunes en defensa del gobierno nacional y las organizaciones sociales y políticas más activas del peronismo dipuestas a no entregar su grande logros de todos los tiempos y su historia de luchas.
La mirada está puesta en los candidatos a la intendencia de esta capital, donde la derecha tiene sus bastiones y en la provincia de Buenos Aires, mientras las encuestas suponen un triunfo menso apretados de la oposición, pero hay algunas que hablan de empates y de sorpresas de último momento en la provincia de Buenos Aires. Sólo conque esta vez voten más de cinco millones que no lo hicieron en las de septiembre último, la situación cambiaría en el país.
Anoche el oficilista Frente de Todos se mostró unido con Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner a la cabeza.