Ciudad de México. Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados mantuvieron inamovible su postura de no modificar los artículos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022 ni han aceptado reorientar ningún monto de los 7 billones 88 mil 250 millones de pesos aprobados.
Admitir cambios, argumentó la bancada del partido en el poder, sería ir en contra de los grandes proyectos y del bienestar social. “Su ‘presupuesto alterno’ es mediático”, respondió Sergio Gutiérrez a la insistencia de la oposición de reasignar 190 mil millones de pesos.
La primera jornada para empezar a discutir en lo particular las mil 994 reservas presentadas al PEF avanzó lenta y tortuosa. La lista con los nombres de los oradores abarca 132 páginas y anoche, cuando después de 10 horas y media se decretó un receso –para continuar este viernes–, sólo se habían desahogado nueve hojas y rechazado los cambios presentados en el pleno.
A pesar de ello, y de que aún falta el debate por el recorte al Instituto Nacional Electoral (INE), que se espera largo, Morena quiere aprobar todas las reservas entre hoy y la madrugada del sábado, con la intención de aprobar el gasto en el cumpleaños 68 del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El año pasado, cuando también se votó el PEF el 13 de noviembre, el grupo mayoritario incluso le cantó Las Mañanitas al mandatario desde la tribuna. No obstante, anoche, el coordinador priísta, Rubén Moreira, precisó que “no hay negociación ni salidas al diálogo”. Incluso, dijo que la discusión terminará “hasta que se acaben las reservas; ceder es convalidar este presupuesto”.
Disputa política y personal
Ayer, los dos bloques en que se divide la Cámara se enfocaron en la disputa política y personal, y cruzaron acusaciones sobre qué partido en el gobierno ha sido responsable de más mexicanos muertos, por errores u omisiones.
En ese tenor, previo a una intervención de Margarita Zavala (PAN), Morena pidió un minuto de silencio por los niños fallecidos en el incendio de 2009 en la guardería ABC, y el blanquiazul reviró con una solicitud igual para recordar los feminicidios.
Frente a ese escenario, y al presentar desde la tribuna una reserva para solicitar recursos a investigación en cambio climático y conservación de áreas naturales protegidas, Eduardo Murat Hinojosa (PRI), cuestionó: “es un grave error y una falta de respeto lucrar con el dolor y la tristeza”.
Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, insistió en revisar el “recorte brutal” al INE y al Poder Judicial. Criticó que la disminución de 3 mil millones de pesos al Consejo de la Judicatura y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, respecto de lo solicitado para 2022, afectará la aplicación de la reforma de justicia laboral.
Incluso, atribuyó la reducción a que “a este gobierno y a Morena no les gustan los fallos que ha emitido el Poder Judicial sobre instrumentos relacionados con el sector eléctrico”.
Nuevamente, el bloque PAN-PRI-PRD defendió su “proyecto alterno”, pero Lilia Aguilar (PT) afirmó que se trata, en todo caso, de “una marcianada; un presupuesto tiene un estudio programático, objetivos medibles, no una ocurrencia con tablas bonitas”. De distintas formas, Acción Nacional trató de descolocar a Morena. Jorge Triana afirmó que “la oficina de la Presidencia para el beisbol ha gastado 566 millones anuales para el pasatiempo favorito, el capricho” del Ejecutivo federal. “¡Payasos, al circo!”, se escuchó desde las curules de la mayoría.
El médico Éctor Jaime Ramírez subió a la tribuna vestido con bata y gorro de quirófano. El Presidente, dijo, “está enojado, no quiere oír que faltan fármacos, y tiene razón en estar molesto, porque no hay medicamentos”. El panismo desplegó una manta de casi 20 metros donde se leía: “Menos Tren Maya, más inversión en salud”. De ahí, y en la desesperación, el paso siguiente lo dieron Fernando Torres Graciano, Carlos Valenzuela y Mariana Gómez del Campo, que sucesivamente llamaron “imbécil, arcángel de la muerte, doctor muerte”, al subsecretario de Salud, Hugo López Gatell.
Por la noche y ante el tono del discurso del ala derechista, al desechar las reservas del panismo los diputados de Morena levantaron y agitaron los brazos, y, como ocurre con el grito homofóbico sancionado en los estadios, corearon: “¡eeh…!”