El Covid-19 podría ser un factor de riesgo para el desarrollo de diabetes, ya que con frecuencia los hospitalizados sin diagnóstico previo de esta alteración metabólica presentan niveles elevados de glucosa, pero todavía se desconoce si es una condición temporal o será crónica, afirmó Josafat Camacho, director médico de la Federación Mexicana de Diabetes.
En conferencia con motivo del Día Mundial de la Diabetes (14 de noviembre), el especialista comentó que está demostrado que durante la infección activa, el SARS-CoV-2 destruye las células beta, responsables de la producción de insulina. Esta proteína, a su vez, es la encargada de regular la concentración de glucosa en la sangre.
Es un asunto aún en investigación, porque los medicamentos utilizados para controlar la acción del coronavirus pueden provocar la alteración metabólica.
También es probable que los pacientes ya tuvieran la enfermedad, pero lo desconocían. Agregó que en México la mitad de los afectados no saben que viven con diabetes. Además, la principal causa para desarrollar el padecimiento sigue siendo el exceso de peso corporal, y en el país 72.5 por ciento de los adultos vive con sobrepeso u obesidad, lo mismo que 37 por ciento de niños y adolescentes. Estos últimos, de continuar así, tienen alta probabilidad de padecer diabetes en la edad adulta, advirtió.
El especialista explicó que la acumulación de grasa, sobre todo en el abdomen, ocasiona que la insulina producida por el organismo “no la pueda utilizar porque no hay lugar dónde actuar”. La diabetes empieza por ahí o por alguna de las más de 10 causas conocidas que conducen a la alteración en los niveles de azúcar en la sangre.
Existen factores “no modificables”, entre ellos tener más de 40 años de edad, los antecedentes familiares del padecimiento y el origen étnico, pues tienen mayor riesgo los indios americanos, afroamericanos, hispanos y asiáticos del Pacífico Sur.
En cuanto a las mujeres, también influye si tuvieron diabetes gestacional o síndrome de ovario poliquístico.
Existen otras causas que se pueden cambiar, la principal es bajar de peso.
También, evitar el sedentarismo y de esa manera contribuir a la disminución de la glucosa en la sangre, así como el control adecuado de la hipertensión arterial y de los niveles de colesterol y triglicéridos.
Las personas que ya tienen alguno de estos problemas deben asumir la responsabilidad sobre el cuidado de su salud en el corto y largo plazos, sobre todo para evitar las complicaciones graves: insuficiencia renal, ceguera por retinopatía diabética o la amputación de extremidades por deficiencia en la circulación sanguínea.
Subrayó la importancia de realizar acciones como medir la glucosa de manera constante, llevar una alimentación saludable, seguir el tratamiento médico, mantenerse activos y tener una actitud positiva porque la diabetes no es una sentencia de muerte.