Ciudad de México. Cuestionar los conceptos de colonialidad y descolonización de cara a las interrogantes que nos plantea el futuro es el eje que guía las actividades y propuestas de los artistas que participan en la edición 14 de la Bienal de La Habana que se inicia este viernes.
El encuentro de arte contemporáneo, consolidado como un importante espacio de diálogo y reflexión en el escenario internacional, por primera vez tendrá una duración de seis meses y se desarrollará en tres etapas o “experiencias”.
La primera se titula Preámbulo, enfocada al aspecto teórico, con un amplio programa de conferencias y la inauguración de la exposición colectiva Caminos que no conducen a Roma en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, sede del encuentro, ubicada en la ex mansión de los Condes de Peñalver, un edificio del siglo XVIII declarado patrimonio de la humanidad.
Sobre todo, dicen los organizadores, la bienal cubana, desde su primera edición en 1984, ha logrado cumplir su propósito de “contribuir, desde originales y vanguardistas propuestas creativas al mejor conocimiento y difusión de las artes visuales de Asia, África, Medio Oriente, América Latina, el Caribe y sus diásporas”.
En la muestra inaugural participan Dulce Chacón (México), Edith Roux (Francia), Glenda Salazar (Cuba), Joiri Minaya (República Dominicana-Estados Unidos), Lawrence Abu Hamdan (Jordania), MURU 7.8 (Argentina-México), Nelson Villalobos (Cuba), Patrick Waterhouse (Reino Unido), Roberto Diago (Cuba), Romaric Tisserand (Francia) y Roger Ballen (Sudáfrica-Estados Unidos), quienes presentan “obras que reflexionan acerca de la colonialidad, entendida como el pensamiento que nace desde el que es colonizado y normaliza la idea de ser subalterno, lo cual genera un pensamiento de aceptación.
“Pero también estamos mirando ese fenómeno en un sentido más amplio. En el sentido tradicional se habla de la relación entre la metrópolis y la colonia; nosotros pensamos en otros tipos de relaciones de poder que incluyen las relaciones de género, la colonización digital y las relaciones del hombre con la naturaleza, la cual ha tenido un impacto que ahora se revierte hacia nosotros mismos”, explicó a La Jornada el curador Nelson Ramírez de Arellano (Berlín, 1969), director de la bienal.
La muestra colectiva inaugural está concebida, añade, como una exposición en proceso, que irá cambiando su visualidad y creciendo en la medida que avance en el tiempo.
“Una de las preguntas que desde el arte nos haremos es: ¿cómo podremos proyectarnos a un futuro viable e inclusivo? Cuba siempre ha sido un país pionero en muchas cosas, tenemos incluso una lista de récords; fuimos los primeros en tener televisión a color en Latinoamérica, los primeros en tener el primer ferrocarril de la región y la primera línea telefónica del mundo. La bienal no se queda atrás.
Saberes olvidados
“En este encuentro hemos abordado temas que siempre tienen una pertinencia importante, lo cual nos ha convertido en un acto de vanguardia. En estos momentos, con la pandemia y la crisis económica que todos enfrentamos, la preocupación es hacer que las actividades de arte sean cada vez más sostenibles y con un menor impacto ambiental.
“En esta edición nos estamos acercando a ser vanguardistas en ese sentido, por eso la idea de vivir la bienal en tres etapas, para hacer más, gastando menos. La intención es que también las obras requieran menos transportación.
“El tema general es Futuro y Contemporaneidad, una idea urgente que requiere reflexionar en cómo hemos llegado a esa contemporaneidad y qué saberes culturales o de otro tipo hemos abandonado en el camino, o cuáles nociones filosóficas de desarrollo y de bienestar hemos privilegiado, y cuáles de esas ideas realmente nos sirven para construir un futuro viable, así como una narrativa que nos permita asegurar la existencia de todas las formas de vida en el planeta”, detalló Ramírez de Arellano.
El Preámbulo concluirá el 5 de diciembre de 2021 para dar paso a la experiencia dos, titulada La Habana de la Bienal, que se extenderá hasta el 24 de marzo de 2022 y destacará el arte cubano contemporáneo mediante un amplio programa de exposiciones por toda la capital de la isla, incluida la instalación de esculturas monumentales de Kcho, uno de los artistas cubanos más reconocidos en el mundo, así como un conjunto de proyectos especiales y talleres colaborativos que cubrirán otras ciudades de ese país.
La experiencia tres, denominada Regreso al porvenir, se iniciará el 25 de marzo en cuatro recintos: el espacio Línea y 18 (en el Vedado), el Pabellón Cuba, el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales y la Fototeca de Cuba, con la participación de 100 artistas internacionales y cubanos de diversas generaciones y estilos.
“En Cuba, el valor ético del arte creativo y de la obra de arte en sí es muy apreciado por la sociedad, por eso la mayor parte de los artistas cubanos están volcados más en crear piezas con una idea de trascendencia o para inmortalizarse, que en la posibilidad de hacerse millonarios”, concluyó el curador.
El ciclo de conferencias de la 14 Bienal de La Habana se realizará del 16 al 20 de noviembre en el Museo Nacional de Bellas Artes de esa ciudad; podrán seguirse a distancia a través de la página de Facebook del encuentro: https://www.facebook.com/habanabienal