Es el primer museo donde se recuerda la persecución que padeció el capitán del ejército francés Alfred Dreyfus, acusado en 1894 de traicionar a su patria como espía de Alemania. En un juicio lleno de irregularidades lo hallaron culpable. Expulsado del ejército, fue encarcelado. El reconocido escritor Émile Zola publicó entonces una demoledora carta en el influyente diario La Aurora dirigida al presidente francés. La tituló “Yo acuso”, donde mostraba la falsedad de los cargos contra Dreyfus. En 1899, lo indultó el presidente y fue liberado. En 1906, una comisión militar lo exoneró completamente. Se comprobó que había sido una maquinación jurídico-militar con claros tintes antisemitas.
Pero Zola fue juzgado por difamación y padeció una campaña de desprestigio encabezada por el gobierno conservador, los partidos de derecha, el ejército y la Iglesia católica. Tuvo que exiliarse en Inglaterra. Regresó en 1899, cuando se demostró la inocencia del capitán.
El presidente francés Emmanuel Macron inauguró recientemente el museo Casa Zola-Museo Dreyfus, por estar en la que fuera la residencia del escritor, cerca de París, y quien siempre creyó en la inocencia de Dreyfus. La casa alberga 500 documentos, incluidas fotografías, expedientes judiciales, objetos personales del capitán y copias de las caricaturas antisemitas que publicaron los principales periódicos de Francia.
Por su participación en el caso Dreyfus, Zola se convirtió en líder de las fuerzas progresistas que exigían al gobierno conservador la defensa de los derechos humanos. Murió en septiembre de 1902 asfixiado por la defectuosa combustión de una chimenea, lo que suscitó muchas sospechas, dadas las reiteradas amenazas de muerte que había recibido.
Su influencia literaria sobre las generaciones posteriores de intelectuales y su involucramiento en temas sociales, lo convirtieron en paradigma del escritor comprometido y figura destacada del medio cultural. Al celebrarse en 2002 el centenario de su muerte, el entonces presidente, Jacques Chirac, encabezó un homenaje nacional y recordó la actualidad de sus luchas en un mundo que mostraba signos de antisemitismo, en buena parte por el trato que el gobierno de Israel da al pueblo palestino, al despojarlo de sus tierras ancestrales y en ciertas áreas confinarlo en guetos. El nuevo museo es un llamado a la tolerancia y en pro de los derechos humanos.