Ciudad de México. La empresa Nestlé en México realizará la quema de residuos de plásticos, con lo cual además de evadir la verdadera responsabilidad en la crisis que han creado, provoca mayores impactos ambientales, como altas emisiones de gases de efecto invernadero y problemas de salud humana, señaló Greenpeace.
Explicó que para ello la empresa contrató a la empresa de gestión de residuos Geocycle, miembro de la cementera Holcim Group, para que queme los residuos plásticos en hornos de cemento y producir energía barata.
También anunció recientemente la firma de un acuerdo, el primero fuera de Europa, con la empresa británica Greenback Recycling Technologies, para instalar al menos una planta de reciclaje químico como una “solución” a la contaminación plástica, indicó en un comunicado la organización.
Agregó que tanto el coprocesamiento como el reciclaje químico son falsas soluciones, conocidas como compensación de plásticos a la crisis de contaminación plástica porque no promueven una reducción de plásticos de un solo uso en origen, sino que permiten a las grandes empresas, tanto petroleras y petroquímicas como marcas de bienes de consumo, mantener sus modelos de negocio basados en la extracción de combustibles fósiles para producir esos materiales.
Precisó que en el país, comunidades como Apaxco en el Estado de México han denunciado por años las afectaciones ambientales y para la salud pública de la incineración de residuos. En el Valle del Mezquital (una región al sur del estado de Hidalgo y al norte del Estado de México, donde se ubica Apaxco) hay ocho plantas cementeras que producen 40 por ciento de todo el cemento del país.
Agregó que la industria cementera utiliza combustibles derivados de residuos industriales, biológico infecciosos, químicos, biomasa y residuos sólidos urbanos (incluidos los plásticos) que, al ser incinerados, liberan a la atmósfera compuestos orgánicos volátiles y contaminantes orgánicos persistentes dañinos para el planeta y para la gente, que alcanzan a comunidades en un radio de hasta 50 kilómetros.
“Mediante solicitudes de información vía el portal de Transparencia, encontramos que al menos la planta ECORI, ubicada cerca de Orizaba, Veracruz, y mencionada por Nestlé como una de las plantas en las que están trabajando, no cuenta con autorizaciones ni federales ni estatales (no tiene Manifestación de Impacto Ambiental) para operar , lo que constituye violaciones a la normativa ambiental, ya que las labores de la planta (manejo de residuos, co-procesamiento) son actividades sujetas a autorizaciones de impacto ambiental”, mencionó Larisa de Orbe de la Academia Mexicana de Derecho Ambiental.
Esto es muy preocupante y constituyen serias violaciones a los derechos humanos, ya que en el marco de los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos de las Naciones Unidas; las grandes corporaciones como Nestlé, tienen que asumir la responsabilidad social y ambiental y actuar con la debida diligencia respecto de las relaciones comerciales que establecen para sus operaciones comerciales, de productos o de servicios, en este caso, la gestión de los residuos que producen, agregó.
Greenpeace agregó que en el país los esquemas de compensación (offsetting) como el coprocesamiento han sido una estrategia seguida por las empresas y algunos gobiernos locales y el federal para continuar el business as usual sin cuestionar la cultura del usar y tirar y sin respetar la jerarquía de gestión de residuos.