Tula De Allende, Hgo., Para coadyuvar a través del turismo cultural a la reactivación de la economía regional afectada por las inundaciones, la delegación estatal del Instituto Nacional de Antropológia e Historia (INAH) en Hidalgo anunció ayer la reapertura de la zona arqueológica de Tula, cerrada durante un año y ocho meses por la pandemia de Covid-19.
La dependencia informó que como parte del proceso de reapertura de zonas arqueológicas y museos bajo resguardo, administración y operación del INAH, así como parte de la reactivación económica de Tula tras la devastación de la ciudad provocada por las inundaciones del 7 y 8 de septiembre, el sitio arqueólogico reabrirá de martes a domingo en un horario de visita de 10 a 15 horas.
El aforo será de 500 visitantes diarios y con un acceso máximo de 25 personas de manera simultánea y un tiempo sugerido para el recorrido de 50 minutos a una hora con 20 minutos. El último acceso a la zona se permitirá a las 14 horas
El INAH indicó que las visitas se llevarán a cabo de manera ordenada y controlada para cuidar la salud y disminuir el riesgo de contagio del virus SARS-CoV2, por lo que el aforo se irá modificando de acuerdo con la evolución del semáforo epidemiológico.
Para ingresar se pedirá a los presentes portar correctamente el cubrebocas en todo momento, así como mantener una sana distancia, con una separación entre personas de al menos 1.5 metros de distancia con excepción de los niños, que deberán estar acompañados de un adulto.
La noticia de la reapertura de la zona arqueológica, el atractivo cultural y turístico más importante de la región, se dio 48 horas después de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien entre los reclamos de los damnificados escuchó a los artesanos que pedían reabrir el sitio para alentar la visita de turistas nacionales y extranjeros.
Luis Hernández, artesano que trabajaba junto con otros en el interior de la zona arqueológica, dijo que las ventas cayeron 90 por ciento. Esto provocó la desesperación de muchos de sus colegas, que ahora se dedican al campo o la albañilería. Reveló que en las colonias La Malinche y 16 de Enero, ubicadas a unos metros del enrejado perimetral, viven 46 familias de entre cuatro o cinco integrantes que se dedican a la elaboración y venta de artesanías.