Al iniciar la presidencia temporal de México en el Consejo de Seguridad de la ONU, con la conducción del presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario general del organismo, Antonio Guterres convocó a un nuevo pacto que enfrente las hambrunas, la exclusión y la carencia de protección social.
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En la sede de la ONU en Nueva York el diplomático portugués reconoció que el presidente mexicano observó que el poder fáctico pretende que si los poderosos están bien, los pobres también lo estarán bien, y ese modelo ha fracasado.
Así, dijo Guterres el aumento de la desigualdad ha generado brechas interminables de pobreza, donde impera una sensación de impunidad.
Por tanto resulta imperioso prevenir conflictos y crear lazos de confianza.
Por tanto propuso invertir en el desarrollo de las personas, en el desarrollo humano y la igualdad. “Que se firme un nuevo contrato social, que se invierte en el desarrollo social, en la educación, la salud, en el acceso a la vacunas”.
También consideró necesaria la elaboración de agenda de prevención de las desigualdades, incluidas las de género y la concerniente a la juventud. Acciones que supongan la inclusión.
También, dijo Guterres es indispensable priorizar el papel de las mujeres, de la violencia y la misoginia, la exclusión de las mujeres, repuso.
En su intervención adujo que es necesario que las instituciones de los países sean resilentes a la corrupción, y contar con instituciones de seguridad que ofrezcan justicia para todos.
Por su parte la abogada ecuatoriana, Lourdes Tiban, representante de etnia por su país en el Foro Permanente de la ONU para Cuestiones Indígenas, refirió que la nueva tarea de la organización es enfrentar las brechas de pobreza.
Consideró que la exclusión social y de género son temas sustantivos y prioritarios por enfrentar. Y en refirió que una tragedia es la migración de los pobres, porque lleva al vacío de muchas familias.