Oaxaca, Oax., La caravana por la justicia, la dignidad y la libertad del pueblo migrante llegó al municipio de Chahuites, Oaxaca, donde sus integrantes pernoctarían para después continuar su camino este martes. Al arribar a la demarcación, Irineo Mújica, coordinador de la organización Pueblo sin Fronteras, aseguró que el acoso y persecución de las autoridades contra ciudadanos centroamericano se mantiene.
En tanto, la Defensoría de los Derechos Humanos de los Pueblos de Oaxaca solicitó a diversas instituciones estatales que ofrezcan ayuda humanitaria a los indocumentados.
Los migrantes, en su mayoría originarios de Honduras, El Salvador y Nicaragua, comenzaron su caminata desde temprana hora; partieron de la agencia Corazones, en San Pedro Tapanatepec, y avanzaron hacia Chahuites por una ruta que se caracteriza por la alta violencia contra indocumentados. El trayecto de 25 kilómetros duró cinco horas.
Los centroamericanos caminaron por la carretera Panamericana. Elementos de la Guardia Nacional pidieron a conductores de vehículos de carga, de transporte colectivo y particulares manejar con precaución sobre la vía, y que impidieran a los migrantes subir a sus unidades.
El ayuntamiento de Chahuites ofreció a los caminantes la sede de unidad deportiva de la localidad para que se instalaran ahí, con el argumento de evitar la propagación del Covid-19 en la población. La alcaldesa Carmina Martínez reclamó a Irineo Mújica la falta de medidas sanitarias en el contingente, pues no portan cubrebocas.
El activista respondió a la edil que todos los integrantes de la caravana ya fueron vacunados, por lo que no propagan SARS-CoV-2 –la documentación médica asegura que la inoculación no evita que se contraiga el virus–.
Mújica acusó que se trata “de estrangular” a la multitud, incluso recomendando a comercios de la zona no dar servicio a los centroamericanos, por lo que reabastecerse de alimentos les ha sido complicado.
Destacó que no había visto tal persecución en ninguna otra caravana, pues se siembra miedo a pobladores de las comunidades por las que avanza, diciendo que los migrantes están enfermos de tuberculosis, VIH y Covid-19, a fin de que no los apoyen.
De acuerdo con la Coordinación de Protección Civil estatal, unos 4 mil centroamericanos participan en la caravana.