Nueva York. General Electric (GE) anunció este martes la escisión de sus actividades y dejará de existir como conglomerado cerrando un capítulo de una de las mayores aventuras industriales de la historia de Estados Unidos.
GE dará paso a tres empresas independientes que cotizarán en bolsa y se dedicarán a aviación, salud y energía.
La decisión es consecuencia de la estrategia emprendida durante varios años para afrontar una colosal deuda y las consecuencias de malas decisiones.
"Tenemos la responsabilidad de actuar rápidamente para dar forma al futuro de la aviación, promover la medicina de precisión y guiar la transición energética", dijo Lawrence Culp, director ejecutivo de GE, en una conferencia telefónica.
GE prevé crear a comienzos de 2023 una nueva entidad a partir de su división de salud, en la cual mantendrá una participación de 19.9 por ciento.
Las actividades vinculadas a las energías renovables y a las turbinas eólicas, al gas y el vapor, serán agrupadas en una compañía única a partir del comienzo de 2024.
Tras esos cambios, el nombre "General Electric" será conservado para una tercera empresa especializada en el sector aeronáutico, un área crucial para GE que fabrica reactores y motores, especialmente para Boeing.
Culp seguirá al frente de GE hasta la finalización de la escisión de la división de energía y luego dirigirá el nuevo grupo de aviación.
Peter Arduini tomará las riendas de la división de atención médica a principios de 2022, Scott Strazik el de la compañía de energía y John Slattery mantendrá su cargo de director gerente de la unidad de aviación,
Wall Street reaccionó bien al anuncio y la acción de GE operaba en alza de 4 por ciento al promediar la sesión.
Empero la agencia calificadora S&P Global dijo que consideraría bajar la nota de GE por estimar que la separación en tres entidades dejaría "menos diversificado" al grupo.
"Podríamos bajar la nota si la pérdida de diversificación no está suficientemente compensada por la reducción de la deuda y la mejora de los resultados financieros", advirtió S&P.
Para lograr sus fines, GE podría encontrar provecho en la industria nuclear a través de la nueva empresa especializada en energías renovables, cree Peter McNally de la firma Third Bridge.
"En Estados Unidos, la disminución en la cantidad de plantas nucleares se ha estabilizado y las existentes tienen sus ciclos de vida extendidos gracias a una confiabilidad notable y una creciente demanda de energía", dijo McNally.
"Aunque la energía nuclear sigue siendo controvertida en varios países del mundo, estamos viendo que el número de instalaciones aumenta en lugares como Europa del este o Medio Oriente", agregó.
Creada al final del siglo XIX por Thomas Edison, GE ha sido desde hace mucho tiempo una de las industrias insignia estadunidenses con presencia en numerosos sectores, pasando del transporte eléctrico a las finanzas, los medios o la informática.
Hasta principios de la década de 2000 y antes de la llegada de gigantes tecnológicos como Apple, Amazon o Google, el conglomerado alcanzó, en varias ocasiones, la mayor capitalización de Wall Street, con un valor de casi 600 mil millones de dólares.
Pero la compañía, que tiene su cuartel general en Boston, pagó un alto precio por adquisiciones fallidas, incluida la de la compañía hipotecaria WMC en 2004 o la división de energía de la multinacional francesa Alstom en 2015.
El área financiera de GE sufrió mucho el impacto de la llamada crisis de las hipotecas "subprime" de 2008 debido a sus riesgosas inversiones en inmuebles comerciales.
En 2018 salió del Dow Jones Industrial Average, índice de referencia en Wall Street, al que había pertenecido por 111 años.
Culp fue nombrado director de GE en octubre de 2018 en un intento por reorientar al conglomerado y aliviar su deuda.
GE recordó este martes su objetivo de reducir la carga de la deuda en 75 mil millones de dólares entre finales de 2018 y finales de 2021.