Ciudad de México. Desde la industria automotriz hasta productores de papel higiénico y cemento, las empresas mexicanas han recibido un duro golpe por el desabasto en las cadenas de suministro internacionales, deprimiendo las perspectivas de crecimiento para la segunda economía más grande de América Latina.
Miles de vehículos permanecen varados en las plantas de ensamblaje de México a la espera de semiconductores, pero las consecuencias de la escasez de materias primas se han resentido en casi todos los sectores.
Representantes del comercio minorista y de distribuidores de automotores han dicho que los problemas de abastecimiento podrían impactar en el “Buen Fin”, que busca incentivar el consumo, luego del golpe derivado de las restricciones por la pandemia.
Los déficits de insumos han avivado la inflación, elevando las tasas de interés aun cuando han sido revisadas a la baja las expectativas de crecimiento económico para México, donde un nuevo acuerdo comercial norteamericano se ha visto ensombrecido por disputas con su principal socio, Estados Unidos.
“La repercusión se ve por todos lados”, dijo James Salazar, subdirector de análisis económico de CI Banco. “Si bien ahorita no es una alerta roja, el problema es que, si se sigue dando esta recuperación, en el sentido de una mayor demanda, seguramente va a poner en un predicamento a muchas empresas”.
Los problemas globales de logística han obligado a los grandes fabricantes de vehículos, una industria que aporta aproximadamente 3.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) local, a parar temporalmente las actividades en varias ocasiones desde hace algunos meses.
Las ventas del conglomerado CYDSA, que provee de gases refrigerantes al sector automotor, disminuyeron 2 por ciento en el tercer trimestre, mientras que las del segmento automotriz de la vidriera Vitro, que produce parabrisas y quemacocos, bajaron 14 por ciento, debido a la menor producción.
En medio del declive, Nemak, especializada en la producción de componentes de aluminio para clientes como Audi, BMW y Ford, se vio obligada a bajar sus metas financieras para este año, y ahora espera obtener ingresos por 3 mil 822 millones de dólares desde los 3 mil 900 millones proyectados anteriormente.
Retrasos y cancelación de proyectos
La falta de materiales y los retrasos han eclipsado el buen ánimo sobre el mejor desempeño que habían venido mostrando muchas compañías después del golpe que significó el cese de actividades el año pasado para tratar de contener los contagios de Covid-19.
“Se ha tenido que bajar la vara”, afirmó Jonathan Zuloaga, asesor de la consultoría Columbus de México. “Antes el 'view' era que después de la pandemia todo iba a ser muy bueno, ahora se está teniendo que incorporar todo esto a las perspectivas y, sí, están siendo menos optimistas”.
La economía de la nación latinoamericana, que ya venía padeciendo un difícil entorno, se desplomó el año pasado 8.5 por ciento, su peor desempeño desde la Gran Depresión, y aunque se espera que se recupere alrededor de 6 por ciento en 2021, analistas redujeron recientemente su pronóstico.
El Banco de México calcula que la crisis de semiconductores podría costarle al crecimiento del PIB local de este año casi un punto porcentual.
Por lo pronto las dificultades en la cadena de suministro, las presiones en los precios y los mayores gastos operativos mantienen a las grandes corporaciones mexicanas con fuertes dolores de cabeza.
La gigante cementera Cemex, con negocios en más de 50 países, dijo que en el tercer trimestre los problemas globales de logística y los costos más altos afectaron su flujo de operación –un importante indicador de rentabilidad–, a pesar de que sus ventas crecieron en casi todos sus mercados.
“Debido en gran parte a las interrupciones de la cadena de suministro, estamos reduciendo en 100 millones de dólares nuestra guía de 'capex' (a mil 200 millones para este año)”, dijo Fernando González, director de la firma, cuyas acciones acumularon una caída de 8 por ciento los días posteriores a su informe trimestral.
En la industria de telecomunicaciones, Axtel, que ofrece servicios de internet y telefonía a los sectores de gobierno y empresarial, estimó el impacto de las dilaciones en su negocio en unos 2.5 millones de dólares para el segundo semestre, casi 2 por ciento de sus ingresos entre julio y septiembre.
“Los tiempos de entrega de entre cuatro a seis semanas, ahora se convierten en cinco o seis meses, lo que se traduce en la cancelación de proyectos sensibles al tiempo y en un retraso generalizado en tiempos de implementación”, afirmó Eduardo Escalante, director general de la compañía.
Su rival más grande, América Móvil, del magnate Carlos Slim, también se lamentó por disrupciones en el suministro global de insumos que, dijo, han estado mellando la oferta de dispositivos móviles.
“En general, creo que, en todo el mundo, en toda América Latina, y eso incluye a México y Brasil, hay falta de teléfonos”, aseveró Daniel Hajj, director general de la empresa, con operaciones en América Latina y Estados Unidos, así como Europa Central y del Este.
Los consumidores pagan
Con la Navidad a la vuelta de la esquina, las esperanzas de muchas empresas de impulsar sus ventas en la temporada comercial más importante del año podrían verse estropeadas debido a la falta de inventario.
Liverpool una de las principales cadenas por departamentos del país, adelantó que sus tiendas podrían adolecer de abasto suficiente de algunas mercancías.
“Nike y Adidas nos dijeron que como producen mucho en países como Vietnam o China por el hecho de los cierres en las fábricas por la pandemia, de hecho, se enfrentan a algunas restricciones de suministro”, dijo Enrique Guijosa, jefe de finanzas de la firma.
Los efectos negativos de los cuellos de botella y la escasez de insumos también se han comenzado a sentir en los precios que pagan los consumidores finales, a medida que las empresas empezaron a trasladarles los mayores costos de producción.
La inflación de México se ubicó en octubre por arriba de 6 por ciento, más del doble de la meta de las autoridades, y analistas creen que podría seguir sufriendo presiones en lo que resta del año.
Gruma, una de las principales productoras de tortilla –un alimento básico en la dieta de los mexicanos–, dijo que tuvo que elevar los precios de su harina de maíz y adelantó que el próximo año podría analizar nuevos incrementos.
Lo mismo ha sucedido con Kimberly-Clark de México, que cuenta con un amplio portafolio de marcas que incluye el papel higiénico Pétalo y los populares pañuelos desechables Kleenex.
“Hemos anunciado aumentos de precios de 7 por ciento en promedio, que comenzarán a implementarse a fines de este trimestre y mostrarán su efecto completo a fines del primer trimestre de 2022”, dijo el director de la empresa, Pablo González.