En la actual pandemia, los niños han pasado desapercibidos; “veo cómo sus rostros se ha endurecido y nos ven de lejos como si hubiéramos dejado de amarlos o les hubiéramos prohibido amarnos”, dice la poeta Antonia Robles Aragón, ganadora de la edición más reciente del Premio Nacional de Poesía Infantil Becky Rubinstein.
La galardonada por el poemario Un tren de doce vagones menciona en entrevista que “a veces nos enfocamos en los problemas de la pandemia y nos encerramos en casa, y los dejamos que tengan celulares en la mano. Convoco a los padres de familia para haya más lecturas de poemas para los niños pequeños y adolescentes”.
Robles Aragón (Nachihuí, Oaxaca, 1958) llama a construir talleres de lectura y de escritura de poesía, pues “todos tenemos un poeta dentro, pero ahora los niños están inmersos en los dispositivos. Falta diálogo entre padres de familia e hijos. Se está creando un gran daño en la infancia. Hay que darles más tiempo y todo nuestro amor”.
Relata que antes del confinamiento abrazaba y convivía con sus nietos constantemente, y ahora ve a la distancia nostalgia en sus rostros. “Esto es algo dificílisimo emocionalmente para ellos y para la familia”.
La escritora explica que el texto galardonado “es un canto esperanzador. Necesitamos volcar todo nuestro amor en los niños y ayudarlos a que vean el mundo de otra forma, que no todo es terrible, como a veces creemos; deben tener una concepción de futuro más clara y definida.
“Las composiciones están matizadas por las palabras más luminosas y hermosas, que deseo compartir con el público infantil. Todos sabemos que ahora más que nunca los niños necesitan cantar, recitar la belleza de los grandes y pequeños detalles que conforman el universo.”
En “cada vagón va un mensaje con una gran carga de color, de enseñanzas educativas para los niños. Esto me proporciona una alegría muy especial, porque sé que será un libro leído por niños y adultos de todas las edades”.
Los poemas, apunta Antonia Robles, surgieron en las primeras semanas del confinamiento producido por el Covid-19, que, al no convivir con sus nietos, la llevo a recrear las conversaciones que habían tenido al observar los insectos y pájaros en su jardín.
“Al muicle o mucle (planta), los colibríes llegan buscando la miel anaranjada de sus flores. Las cantarinas, con ese rojo intenso y sus lunares. Los caracoles, los ciempiés: cocuyos con su luz-azul-verde: mágicos resplandores nocturnos. Todas estas grandezas aparecerán en las páginas.”
Destaca que “en los poemas para niños la métrica, el ritmo, el contenido son elementales para facilitar la lectura. Así podrán expresarlos con la emoción natural que caracteriza a quienes comienzan a descubrir el mundo de las letras”.
Agradece a la editorial Tintanueva por alentar a los poetas con estas convocatorias, que son un gran acierto en tiempos tan difíciles. “Federico Corral Vallejo, el editor del sello, debe tener un gran amor por la literatura y la poesía para poder mantenerlas vivas”.