Ciudad de México. La iglesia debe afrontar la falta de fe y hasta la corrupción que existe dentro de la propia institución, convocó el nuncio apostólico en México, Franco Coppola a los obispos y clérigos mexicanos.
El representante del Vaticano en nuestro país hizo una reflexión en torno a los abusos políticos, económicos, sexuales y de conciencia de la iglesia y cómo esta institución ha sido sorda a los reclamos de muchas víctimas de agresiones y violencia sexual por parte de ministros católicos.
Esta tarde, durante la apertura de la 111 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Coppola puntualizó: “No podemos olvidar en particular el sufrimiento vivido por personas menores y adultos vulnerables a causa de abusos sexuales de poder y conciencia cometidos por un notable numero de clérigos y personas consagradas”.
Remarcó que la iglesia es continuamente interpelada como un espacio para asumir y acompañar el dolor de sus fieles y sin embargo, “por mucho tiempo el de las víctimas ha sido un clamor que la iglesia no ha sabido escuchar suficientemente. Se trata de heridas profundas y que difícilmente cicatirizan, por las cuales no se pedirá nunca suficientemente perdón y que constituyen obstáculos a veces infranqueables para avanzar en el caminar juntos”.
Ante los obispos mexicanos congregados en la sede Casa Lago Cuautitlán Izcalli –primera sesión presencial tras la pandemia—, el representante del Papa Francisco señaló que la institución eclesial “está llamada a confrontarse con el peso de una cultura impregnada de clericalismo, Heredado de su historia y de formas de ejercicio de la autoridad en la que se insertan los diversos tipos de abuso: de poder, económicos, de conciencia y sexuales”.
Recordó que semanas atrás el Papa Francisco llamó a todos los clérigos al Sínodo como un ejercicio de reflexión de los avatares y errores de la iglesia.
“El camino sinodal se desarrolla dentro de un contexto histórico caracterizado por cambios epocales de la sociedad y por una etapa crucial de la vida de la iglesia que no es posible ignorar. Una tragedia global como la pandemia del Covid-19 despertó durante un tiempo la consciencia de ser una comunidad mundial que navega en una misma barca, donde el mal de uno perjudica a todos. Recordamos que nadie se salva solo y sólo es posible salvarse juntos. La pandemia ha hecho detonar las desigualdades y las injusticias ya existentes”.
Al abrir los trabajos de la asamblea, Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, exhortó a los ministros de culto a acercarse más a la juventud, en particular a los que están en riesgo de narcotráfico, trata de personas, prostitución, violencia, entre otros.
Dijo que se debe fortalecer las ligas con los jóvenes a fin de que no vean a los sacerdotes como los policías que los vigilan o los jueces que los quieren condenar, sino como los padre sque los quieren escuchar y como hermanos que los acompañan en su vida.
Alfonso Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey y secretario general de la CEM, entregó el informe del trienio que finaliza.
Debido a la pandemia y a que se trata de una asamblea electiva, sólo fueron convocados los 127 obispos con derecho a voto, el nuncio apostólico Coppola, los ocho secretarios ejecutivos de las comisiones episcopales y el equipo base de vicarios episcopales de pastoral. En los trabajos se renovará 80 cargos de su estructura, entre ellos la de secretario general, tesorero y la titularidad de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación.