Maricarmen es una mujer que se ha forjado la vida que quiere, a pesar de su ceguera. “Creo que soy una persona resiliente, hago lo que puedo con lo que tengo, y creo que es importante que todos aprendamos eso: no sólo las personas ciegas, incluso todas nos quedamos con lo que no podemos, con lo que no tenemos, y no valoramos lo que sí hay”, reflexionó la protagonista de un documental que aborda las vicisitudes en el día a día de alguien con su condición en la Ciudad de México.
Maricarmen, dirigida por el argentino Sergio Morkin, comenzó como un interés que el documentalista tenía por la persona que escribió los relatos de un libro autobiográfico llamado Mirar mirándome. “Me pareció un personaje extraordinario esta mujer tan activa, que no para un segundo, que entrena atletismo, da clases de chelo en distintos lugares de la ciudad, que va en el Metro de un lado a otro; es artista plástica, toca en distintos proyectos y escribe, contó.
Una vez que la producción comenzó a adentrarse en la vida de la protagonista, la historia fue ganando capas de profundidad, lo que motivó al cineasta a “acercarnos también a la percepción del mundo desde la ceguera, al sentir de Maricarmen”. Durante el rodaje de la cinta, que tomó un tiempo largo, Morkin logró establecer una relación cercana con la joven, “y es lo que da a la película esas fibras profundas y verdaderas y esos asuntos que a todos nos pasan”, puntualizó.
Más allá de la ceguera, el documental también “habla de temas existenciales de todas las personas. Me empecé a identificar con su mundo interior, con su sentir”, destacó el realizador. Para Maricarmen, haber aceptado ser filmada también resultó algo positivo. “Quizá lo que más agradezco de ella es que recuperé a mi madre, y de alguna forma ha servido para verme en un espejo a través de los ojos de Sergio, y entender muchas cosas de mí misma, de quién soy”, explicó la protagonista.
Para hacer de Maricarmen un trabajo más cercano a su protagonista, Morkin decidió poner especial atención y énfasis a la construcción sonora de la película. “La idea también era acercar al espectador a la percepción del mundo de la ceguera” desde los sonidos, señaló el documentalista.
La atención al detalle se encuentra en la manera de trabajar las escenas, en las que regularmente se necesitaría un sólo micrófono, el equipo de Morkin utilizaba cuatro, “para que la estruendosa y voraz Ciudad de México suene como la siente Maricarmen, dé esta percepción sonora en la que ella se sumerge todos los días”, explicó el cineasta.
Además del diseño sonoro, Maricarmen se involucró también en la realización de su historia al punto haber participado en el score junto al jazzista Alex Mercado. De esa manera el mundo musical de la joven obtuvo, además, la personalidad y esencia de la protagonista. Otra cosa en que ella insistió fue en hacer que la película fuera accesible para las personas de distintas condiciones.
Trabajo inclusivo
A través de una aplicación, no sólo ciegos, sino además personas sordas y sordomudas podrán disfrutar de la historia. En el caso de la incapacidad visual, se elaboró un guion especial “para que sea lo más parecido a lo que se siente viendo las imágenes, entonces es un guion que nos acerca esta percepción visual”, explicó el director. Las personas con discapacidad auditiva podrán acceder a subtítulos, mientras quienes no pueden ver ni oír podrán generar líneas braille a través de las nuevas tecnologías de los teléfonos inteligentes.
La inclusión fue para Maricarmen un aspecto importante desde el principio, especialmente cuando durante el proceso la protagonista empezó a interesarse por lo que se estaba construyendo a su alrededor. De manera que celebró el hecho de tener la opción disponible, “se me hace maravilloso que se haya logrado hacerla accesible, empezando por mí, y también para mis colegas, pues finalmente tenemos derecho a disfrutar del cine, del arte”, indicó.
A pesar de todo el tratamiento audiovisual y ser la ceguera el punto de partida, el documental es tanto para el director como para la protagonista algo más que una película sobre dicha incapacidad. “Yo no quería salir como personaje Teletón; detesto esa visión de la discapacidad asistencialista, lastimera. Finalmente, es una característica que uno tiene y pues todos somos diferentes, cada quien tiene características que lo hacen que sea más capaz o menos capaz para ciertas cosas”, explicó Maricarmen.
Más que su ceguera, la joven quería mostrar su parte creativa y humana, “también pensando en que tal vez podría servir para hacer conciencia en quien la viera, mostrar también mi trabajo”, agregó. Para ella, el documental “es esto de aprender a relacionarse entre las personas, esto que sucede con mi madre, creo que es para mí lo más importante que le da a la gente, aprender a comunicarse, a evitar malentendidos, a perdonar”, sostuvo.
El documental Maricarmen se exhibe en salas de Cinépolis, Cineteca Nacional y del circuito cultural. La aplicación de celular para contar con las opciones de accesibilidad, GO ALL, está disponible para Android e iOS, y en la página de Facebook de Maricarmen, la película, se encuentran videos con instrucciones sobre cómo usar la herramienta.