Ciudad de México. La Secretaría de Salud informó que el gobierno de México promueve acciones focalizadas en las entidades federativas para que, en 2025, se alcance la eliminación del paludismo, también conocido como malaria, causado por el parásito Plasmodium vivax.
Para ello, a mediados de 2014 se puso en operación la Estrategia de Certificación de Áreas Libres de Paludismo Autóctono. Entre las acciones destacan el reforzamiento de la vigilancia en unidades de primer nivel de atención, el análisis rápido de las muestras de sangre de Gota Gruesa, el monitoreo de las especies del mosquito, la ministración de los tratamientos y la fumigación.
En el marco del Día Mundial del Paludismo en las Américas, en los últimos 10 años, agregó la dependencia federal en un comunicado, 24 entidades federativas no han registrado casos autóctonos y podrían ser certificados como áreas libres de paludismo: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Coahuila, Colima, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
Cuatro más no han reportado casos autóctonos en los últimos tres años: Nayarit, Tabasco y Quintana Roo, pero se mantienen como focos de transmisión residual. Cuatro más -Campeche, Chiapas, Chihuahua y Sinaloa- tienen transmisión activa.
Actualmente en territorio mexicano circula el parásito Plasmodium vivax y desde 2015 se reportan menos de mil contagios autóctonos anuales como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por ello, en diciembre de 2020 México recibió la invitación para incorporarse a la iniciativa E-25 de eliminación de la malaria y a mediados de abril de 2021 firmó el acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el que se establece el compromiso de alcanzar el Estado libre de malaria autóctona para 2025.
Información de la Dirección del Programa de Enfermedades Transmitidas por Vectores del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) indica que hasta septiembre de 2021 se habían reportado 186 casos autóctonos. La mayor parte se concentraron en Chiapas con 123, le siguieron Chihuahua y Sinaloa con 25 cada una y Campeche con 13.
El paludismo, también conocido como malaria, se transmite por la picadura del mosquito hembra del género Anopheles que está infectada con alguna de las cinco especies del parásito Plasmodium; las principales y más peligrosas son falciparum y vivax.
La última defunción por paludismo por el vector Plasmodium falciparum se documentó en México en 1998 y el último caso autóctono se registró en Sonora en 2009.
De acuerdo con el director del Programa de Enfermedades Transmitidas por Vectores del Cenaprece, Gustavo Sánchez Tejeda, las zonas con focos activos se ubican en dos regiones del país: uno en el sureste integrado por Chiapas y Campeche; y otro más en el noroeste conformado por Chihuahua y Sinaloa.
En 2020, indicó, la transmisión se concentró en Chiapas, donde se registró 68 por ciento de los casos (227); Chihuahua registró 29 por ciento (103); Sinaloa 2 por ciento (7), mientras que Tabasco y Campeche registraron un caso cada uno. Nayarit, Sonora y Quintana Roo, estados con transmisión activa durante 2019, no registraron casos autóctonos.
Las personas contagiadas con malaria presentan fiebre mayor a 39 grados una o dos semanas después de haber sido picadas por un mosquito infectado. En algunas ocasiones, el aumento de la temperatura se presenta diariamente y en otros, cada tercer día.
Cada episodio febril conocido como paroxismo palúdico puede durar de 21 a 45 días, va acompañado con escalofríos y sudoración. Después de ese periodo, la persona se vuelve asintomática y vuelve a presentar una recaída tres meses después, en promedio.
No recibir tratamiento en los primeros días de la enfermedad puede ser un factor importante para que la transmisión del paludismo se disperse entre los contactos familiares y la comunidad.