Con la creación del Frente Nacional de Egresados Normalistas Rurales (FNENR) se impulsa un “espacio de diálogo intergeneracional que nos permita debatir los problemas y desafíos, pero también el futuro del normalismo rural en el siglo XXI”, afirmaron los profesores Minerva González Morales, presidenta del organismo, y Hallier Arnulfo Morales, quien encabeza el Consejo de Vigilancia.
En entrevista con La Jornada, señalaron que la nueva asociación civil, cuyo congreso constituyente se celebró este 30 y 31 de octubre en la Ciudad de México para elegir a su comité directivo y aprobar sus estatutos, busca la preservación, fortalecimiento y vigencia de las escuelas normales rurales que el año próximo cumplirán un siglo de existencia.
“Queremos tener un espacio de encuentro y reflexión, pero también de propuesta. Buscamos que el normalismo rural sea reconocido no sólo por su larga trayectoria y por ser simiente del sistema educativo nacional, sino también analizar dónde tenemos nuestros desafíos y cómo podemos consolidar la labor que hoy sigue siendo tan necesaria como hace un siglo: llevar educación a los que menos tienen”, afirmó González Morales, electa para el periodo 2021-2024.
El llamado, dijo, es a que todo egresado de una escuela normal rural participe en la FNENR, pues la convocatoria es a todos los que hayan estudiado en una normal, activa o extinta. “Buscamos ese diálogo de experiencias y de conocimiento que tenemos acumulado, y destacar el papel central de nuestras escuelas, porque algo es muy claro: que los profesores egresados de normales rurales no vamos a permitir su desaparición”.
Hallier Arnulfo Morales, experto en la historia del normalismo rural y egresado de la Escuela Normal Rural General Matías Ramos Santos, en San Marcos, Zacatecas, destacó que “en el frente queremos aglutinar a egresados de las 16 normales rurales del país”.
Se trata, explicó, de generar una “mirada nacional sobre los grandes desafíos que enfrenta el normalismo rural, no sólo desde lo financiero, también su abandono académico, de investigación e infraestructura. Y uno de los puntos centrales es debatir la necesidad de establecer el internado, sí como una parte sustancial de nuestras alma mater, pero también como un espacio de aprendizaje colectivo, de formación”.
En el FNENR, dijo “buscamos dialogar no sólo sobre aquello que nos aqueja, sino quizá lo que se dejó de lado: volver a discutir su pertinencia y qué proyecto queremos impulsar en el siglo XXI para alcanzar esos ideales que le dieron vida, y que hoy, como hace cien años, siguen vigentes”.