Milan. Una embarcación de rescate humanitario varada en el mar Mediterráneo con 800 migrantes recibió una entrega de alimentos y cobijas este sábado mientras esperaba permiso para llegar a la costa.
La embarcación alemana Sea-Eye 4 se dirigía el jueves hacia la isla italiana Lampedusa después de recoger a 400 migrantes de un bote de madera que se hundía, lo que duplicó el número de personas a bordo.
Aunque estaba a cuestión de horas de llegar a la isla en el extremo sur de Italia, los tripulantes del Sea-Eye dijeron que Italia no había asignado aún a la embarcación un puerto seguro y que Malta eludió su responsabilidad al no responder a la señal de peligro del barco de madera en su zona de búsqueda y rescate.
La mitad de quienes están a bordo son menores, incluso niños más pequeños que los 10 años y hay cinco mujeres embarazadas, informó el organismo el sábado. Los médicos a bordo atendían a 25 personas por hipotermia, mareo y alta presión arterial, además de lesiones que los médicos afirman que son consistentes con la tortura que sufrieron durante su escape.
“Debemos señalar con urgencia que estas personas deben recibir atención médica en tierra lo más pronto posible… Aquí no debe haber un retraimiento”, dijo la doctora Christine Winkelmann, presidenta del organismo Médicos Alemanes que también opera el Sea-Eye 4.
Los suministros fueron llevados por el organismo Mission Lifeline, con sede en Dresden, Alemania, que indicó que más de 200 ciudades y pueblos en Alemania habían expresado disposición para recibir a migrantes.
Este año, la cantidad de migrantes que se arriesgan a cruzar el peligroso centro del Mediterráneo ha aumentado drásticamente a más de 54 mil. Sin embargo, sigue lejos de las cifras del periodo de 2014 a 2017, cuando entre 120 mil y 180 mil personas llegaron a Italia al año, con frecuencia en embarcaciones destartaladas de traficantes.