Washington. La Casa Blanca recibió recomendaciones de un grupo de trabajo gubernamental sobre la reanudación de las remesas a Cuba, pero devolvió algunas pautas para seguir trabajando y garantizar que el dinero enviado por los cubanoestadunidenses a las familias no caiga en manos del autoridades de la isla, aseguró ayer un funcionario estadunidense de alto rango.
Promesa de campaña
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, solicitó en julio pasado a los departamentos del Tesoro y de Estado que informaran sobre cómo permitir los pagos de remesas, un salvavidas financiero para muchos cubanos, sin que el Estado ni los militares isleños se beneficien.
Washington impuso sanciones a servidores públicos administrativos y elementos de las fuerzas de seguridad cubanos en respuesta a la represión de La Habana contra los manifestantes que salieron en julio pasado a protestar por la escasez de bienes básicos, las restricciones a las libertades civiles y el manejo de la pandemia por parte de lasautoridades.
El ex presidente Donald Trump impuso límites estrictos a las remesas, al eliminar el histórico acercamiento de su predecesor, Barack Obama. Biden, quien se desempeñó como vicepresidente de Obama, prometió durante la campaña presidencial de 2020 reanudar su trato político con el gobierno de Cuba, pero las relaciones se han mantenido tensas, especialmente desde que estallaron las protestas antigubernamentales en La Habana –en las que se registraron detenciones– en medio de una grave crisis económica y un aumento de las infecciones por coronavirus en ese momento.
“Hemos recibido las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Remesas del Tesoro y el Departamento de Estado”, declaró a periodistas el servidor público negándose a ofrecer detalles sobre esas ideas.
“Devolvimos algunos de los planteamientos porque el presidente ha dicho públicamente que estamos dispuestos a reiniciar los flujos de remesas, pero queremos asegurarnos de que el Ejército cubano no se beneficie de eso.”
Indicó que Biden ha dado instrucciones a sus ayudantes para que desarrollen una “tercera vía” que sea “dura con el régimen y suave con el pueblo cubano”.
La administración está consultando con demócratas y republicanos, así como con la comunidad de exiliados de la isla, expuso.
En este contexto, las organizaciones no gubernamentales estadunidenses Puentes de Amor, People’s Forum y Codepink enviaron a la isla unas ocho toneladas de atún enlatado y pastas de harina para apoyar a la población y demostrar su desacuerdo con las sanciones y el bloqueo impuesto por Washington a La Habana.
En un vuelo privado procedente de Miami, arribaron al aeropuerto internacional de La Habana decenas de cajas, que serán sucedidas por más embarques de aceite vegetal y leche en polvo, insumo prácticamente desaparecido en los estantes de las tiendas cubanas.
Decepcionados del gobierno de Biden
“Estamos realmente muy decepcionados y, más que eso, diría que nos disgustan las políticas estadunidenses en tiempos de una pandemia cuando todo el mundo necesita cooperar y mostrar amor y comprensión mutua”, señaló a periodistas en la terminal aérea de la capital cubana la activista Medea Benjamin, de Codepink.
Junto con la carga llegaron varios activistas, entre ellos Benjamin, que desplegaron una bandera cubana y otra estadunidense mientras bajaban las cajas de la nave.
La ayuda fue recibida por el Centro Martin Luther King de La Habana y será entregada en las provincias orientales donde la actual crisis económica que atraviesa la isla golpeó más fuerte.
El endurecimiento de este embargo comercial por el gobierno del ex presidente estadunidense Donald Trump, que su sucesor Joe Biden ha mantenido intacto, así como los efectos de la pandemia del coronavirus, han exacerbado la escasez de alimentos y medicinas en la isla.