Una subestación eléctrica de hace 64 años, contratiempos en la recolección de la basura –que aumentaron desde hace 45 días– y nula capacitación en materia de protección civil desde hace siete años, son los problemas con los que deben lidiar más de 400 locatarios del mercado de Sonora, quienes dijeron estar “atrapados sin salida” por más de 2 mil ambulantes que ocupan los tres estacionamientos.

Inaugurado el 23 de septiembre de 1957, este centro de abasto permaneció cerrado ayer luego del incendio registrado el jueves por la mañana debido a un cortocircuito en un local de artículos religiosos y esotéricos, cuyas llamas se propagaron a otros siete, entre ellos dos cocinas económicas.

Juan José Mendoza, empleado de uno de los puestos de comida afectados, anunció que el 11 de noviembre realizarán una movilización que partirá del Monumento a la Revolución para rechazar que las autoridades prohíban la venta de animales vivos.

Adelantó que se trata de un movimiento nacional denominado 17 de Marzo, conformado por diversos mercados públicos, por lo que llegarán a la capital locatarios de Veracruz, Chiapas, Tabasco, Morelos, Puebla y Tlaxcala, entre otras entidades.

Por lo pronto, personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reactivó la subestación que dota de energía al lugar, mientras personal de la alcaldía Venustiano Carranza cubrió con plástico negro los locales siniestrados y realizaron el balizamiento de algunos accesos al mercado para que a las 7 de la mañana de hoy se reanuden actividades.

Los comerciantes se reunieron con autoridades de la alcaldía para exigir el balizamiento y la liberación de las ocho puertas frente a la avenida Fray Servando Teresa de Mier, las dos laterales de la calle de San Nicolás y cuatro ubicadas en la parte posterior, en el callejón Canal.

A la lista de peticiones se sumaron la capacitación en materia de protección civil, peritaje en toda la instalación eléctrica y su posible renovación, además del retiro de la techumbre de fibra de vidrio.

Mencionaron que hace más de 10 años se intentó renovar el cableado, pero el proyecto no se concretó, además de que la subestación eléctrica es la misma de hace casi siete décadas, a lo que se agrega que los ambulantes colocan diablitos para robarse la luz.

“Saturan las líneas y al final eso perjudica al mercado”, dijo un locatario al recordar que hace unos seis meses personal de la CFE retiró unos 500 cables; sin embargo, volvieron a colocarlos en otros lugares cercanos al mercado.

Los entrevistados señalaron que la invasión de aceras, de la calle y los problemas con la alcaldía para pagar el diésel ocasionaron que los camiones no acudan a recoger las toneladas de basura que se generan, entre las que se encuentran animales muertos como gallinas.

Admitieron que algunos locatarios invadieron las áreas comunes, pero que con la emergencia sanitaria tuvieron que replegarse, aunque aún quedan alrededor de 21.