En un relleno sanitario a cielo abierto, sobre la ladera de la barranca Cerro Azul, un grupo de familias invadió el área natural protegida de la sierra de Santa Catarina, en Iztapalapa.
A pesar del riesgo, con costales de cascajo han levantado una especie de muro de contención, sobre el cual han edificado viviendas con pedazos de madera y cartón, con lo que avanzan en el área verde.
La asociación de colonos de Lomas de la Estancia, la colonia más cercana a la punta del cerro, acusaron a la lideresa María del Carmen Hernández de vender los lotes al mejor postor desde hace más de cinco años, e incluso se apropiaron de un terreno que colinda con este espacio, a cuyos propietarios han amenazado de muerte.
En el perímetro ubicado entre las calles Cereza, Escorpión y América, que de acuerdo con el decreto expropiatorio de 1994 y el plan parcial de desarrollo de la sierra de Santa Catarina, es parte del área natural protegida, se otorgan permisos ilegales para tirar cascajo y basura a la barranca, que a lo lejos luce como una amplia cascada de desechos.
Los vecinos aseguraron que han hecho las denuncias respectivas ante las autoridades de la alcaldía de Iztapalapa, para detener la invasión y recuperar el área en beneficio de la comunidad, pero sólo en una ocasión, en 2017, se colocaron sellos de suspensión de actividades, que posteriormente fueron retirados por los propios ocupantes.
En octubre de este año, añadieron, pidieron la intervención de la Dirección General de Inspección y Vigilancia Ambiental, que respondió que tras una revisión en el área, se identificó que formaba parte de la zonificación del programa parcial, por lo que debían canalizar su denuncia ante la demarcación territorial.
En un recorrido, colonos señalaron que las disputas con los ocupantes del asentamiento irregular, donde se realizan fiestas hasta la madrugada, que terminan en balaceras, son constantes. “La lideresa es de Veracruz, pero se hace pasar por colombiana y nos amenazan diciendo que están respaldados por los colombianos”, expresaron.
No es el único espacio en conflicto, pues en otro extremo de la barranca, en el paraje conocido como Las Cruces, se observa un escenario similar. Sobre la ladera existe otro tiradero de basura, pero a diferencia del anterior, las viviendas son de concreto.
Los pobladores redactaron un escrito en el que pidieron la intervención de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para recuperar esta zona, al igual que se hizo recientemente en el Cerro de la Estrella, al considerar que no sólo se están cometiendo ilícitos, sino que, incluso, existe el riesgo de que haya un desplome.