Ciudad de México. Si bien las políticas y la planificación para la adaptación al cambio climático crecen, el financiamiento y la implementación aún están rezagados, advierte el Informe sobre la Brecha de Adaptación 2021: una tormenta se está gestando del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Se necesitan más acciones, y más fuertes, de implementación de la adaptación para evitar atrasarse en la gestión de los riesgos climáticos, particularmente en los países en desarrollo, señala.
Indica que cerca del 79 por ciento de los países han adoptado ya al menos un instrumento de planificación de la adaptación a escala nacional (como un plan, una estrategia, una política o una ley), lo cual representa un incremento del siete por ciento con respecto a 2020
Agrega que al menos el 65 por ciento de los países disponen de uno o varios planes sectoriales vigentes y por lo menos el 26 por ciento tiene uno o varios instrumentos de planificación a escala subnacional
Sin embargo, indica, se “está dejando pasar la oportunidad de utilizar la recuperación fiscal de la pandemia de Covid-19 para priorizar el crecimiento económico sostenible que también ayudaría a las naciones a adaptarse a impactos climáticos como sequías, tormentas e incendios forestales”.
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Señala que los compromisos actuales bajo el Acuerdo de París apuntan a que nos dirigimos a un aumento de la temperatura global de 2,7 grados centígrados para fines de siglo. Incluso si el mundo limita ese calentamiento a 1.5 o 2 grados, “muchos riesgos climáticos permanecerían”.
Considera que es necesario aumentar la ambición en la adaptación, en particular para la financiación y la implementación, con el fin de evitar que se amplíen las brechas existentes.
De acuerdo con el informe, los costos de la adaptación rondan un estimado de 140 mil y 300 mil millones anuales de aquí a 2030 y serán de entre 280 mil millones y 500 mil millones de dólares por año para 2050, solo en los países en desarrollo.
El financiamiento climático que fluye a los países en desarrollo para la planificación e implementación de la mitigación y la adaptación alcanzó los 79 mil millones en 2019. Pero en estos los costos estimados para la adaptación son de cinco a diez veces mayores que el volumen de financiación pública destinado a abordar el desafío, y esta brecha se está ampliando.
Indica que si bien la evidencia preliminar sugiere que el desarrollo de los planes nacionales de adaptación se ha visto interrumpido por la pandemia, se está avanzando en las agendas nacionales de planificación para la adaptación.
Refiere que datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revelan que los diez principales donantes financiaron más de dos mil 600 proyectos con un enfoque principal en la adaptación entre 2010 y 2019. Los proyectos también son cada vez más grandes, con un número creciente de iniciativas que atraen fondos de más de 10 millones de dólares.
Señala que los gobiernos deberían usar la recuperación fiscal de la pandemia para priorizar las intervenciones que logren tanto el crecimiento económico como la resiliencia climática. Deben establecer enfoques integrados de gestión de riesgos y establecer marcos flexibles de financiación de desastres.
Más de 40 países se comprometen a eliminar gradualmente su uso de carbón – el combustible fósil más contaminante – en promesas hechas durante la cumbre climática COP26, indicó el gobierno del Reino Unido. Vía Graphic News.