Santiago. El presidente chileno Sebastián Piñera respaldó a militares y policías desplegados en la Araucanía que el miércoles mataron a un poblador mapuche (inicialmente fue el ministro del Interior quien entregó la cifra de dos fallecidos) e hirieron a otras tres personas; reiteró su intención de mantener a las tropas en la zona ampliando el estado de emergencia constitucional y describió como "organizaciones de crimen organizado, narcotráfico, terrorismo" a los grupos de resistencia territorial indígenas que operan en esa extensa región.
"La responsabilidad primordial por la pérdida de vidas y por los heridos tanto civiles como uniformados ocurridas en los últimos tiempos en las provincias bajo Estado de Excepción, recae en organizaciones de crimen organizado, narcotráfico, terrorismo. Esas organizaciones en abierto desafío y violación de nuestro Estado de Derecho y utilizando permanente y sistemáticamente la violencia y armamento de guerra, atentan contra la vida de civiles, de carabineros y de policías, queman o destruyen iglesias, escuelas, viviendas, vehículos, bodegas, campos y maquinaria, impiden la ejecución de las órdenes judiciales y restringen la libertad y buscan sembrar el terror entre los ciudadanos sin respetar a nada ni a nadie", dijo, al admitir una vez más el desgobierno que impera en ese amplio territorio.
Piñera describió lo sucedido en la rural Comuna de Cañete, 635 kilómetros al sur de Santiago, como "un ataque de un grupo terrorista", donde "dos patrullas de Carabineros, apoyadas por efectivos de la Armada y del Ejército, fueron emboscadas y atacadas por un grupo de violentistas que utilizaron armas de fuego, algunas de grueso calibre".
Los sucesos del miércoles causaron conmoción, corroborando los peores presagios y advertencias que recibió el gobierno cuando a mediados de octubre dispuso militarizar las provincias de BioBío, Arauco, Malleco y Cautín, un total de 52 mil kilómetros cuadrados en las regiones del Biobío y de la Araucanía, donde ocurre el "conflicto mapuche" con el Estado chileno por la recuperación del territorio ancestral y obtención de autonomía.
Lejos de apaciguarse, y si bien la presencia combinada de militares y policías pudo detener y controlar a decenas de personas, las acciones de "resistencia territorial", como son descritas, no sólo no cesaron sino que cobraron mayor espectacularidad; por ejemplo, el sabotaje la semana pasada a una línea férrea y el descarrilamiento de un convoy maderero que transitaba por ella, así como permanentes ataques incendiarios en lugares diversos. Fue por esa mayor actividad que el gobierno pide al Congreso autorización para extender, por tercera vez, el estado de emergencia, pero en la oposición crece la intención de rechazarla.
Durante la noche del miércoles a jueves, tras los sangrientos sucesos en Cañete, las reacciones desde el mundo mapuche no se dejaron esperar. Al tiempo que eran quemados siete camiones y maquinarias de una constructora en la ciudad de Victoria, el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM, organización político-militar indigenista y nacionalista), Héctor Llaitul, difundía una declaración afirmando que "arderá lo que tenga que arder”, y llamaba a "no confundir al enemigo, sabotaje al capital y a reforzar el control territorial. Nuestro mejor homenaje a los caídos será seguir en la senda de la reconstrucción nacional mapuche”.
Otra organización mapuche, el Weichan Auka Mapu (WAP, Lucha del Territorio Rebelde, en idioma Mapudungun) ), difundió un video donde aparecen encapuchados con armas largas automáticas mientras una voz afirma que "el endurecimiento de la represión es en respuesta al crecimiento del pueblo mapuche en resistencia", y que "por nuestros kuivikecheyem (ancestros) que sostuvieron el weichan (lucha) contra los invasores incas, españoles y el Estado chileno, instamos a esta nueva fuerza policial y militar, perros guardianes de los ricos, a hacer abandono de nuestro territorio, porque serán derrotados por la fuerza del pueblo mapuche en armas".
También hacen notar que "el Estado de Excepción con presencia de tropas del Ejército, infantería de marina y policías en nuestro histórico wallmapu (territorio), no es algo nuevo para nuestro pueblo, y responde a un plan estratégico político contrainsurgente aplicado por el Gobierno pero impulsado y dirigido por los poderes económicos con intereses en el territorio".
También la Comisión de Derechos de los Pueblos Indígenas y Plurinacionalidad, de la Convención Constitucional, dirigió una carta a Piñera exigiéndole "el fin del estado de excepción, el cese de la violencia y de la militarización" en la Araucanía.
"La militarización que usted impulsa constituye una renuncia absoluta a los cauces democráticos, obstruye este esfuerzo y en definitiva, abandona la urgente solución política a la grave situación que acontece en el Wallmapu. En los pocos meses de gobierno que le restan, lo emplazamos a enmendar el camino hacia la profundización de la democracia y el clima de diálogo político efectivo, sin que tengamos que lamentar más muertes de nuestros hermanos”, dice el texto.
Como dato, los mapuches, que tienen fama de ser la etnia indígena de más antigua resistencia del continente, no sólo jamás se rindieron frente al conquistador español, sino que finalmente lo derrotaron, en una guerra que se prolongó por casi 300 años entre 1536 y 1818, hasta el nacimiento del Estado chileno.