Este miércoles arranca la disputa por la firma de un nuevo contrato colectivo (CCT) en la planta de General Motors en Silao, Guanajuato, luego de que en agosto la mayoría de los trabajadores decidió echar a un sindicato de la Confederación de Trabajadores de México tras votar contra el convenio laboral que mantenía vigente.
Este caso –proceso de legitimación concluido– cobró relevancia tras convertirse en la primera queja laboral interpuesta por Estados Unidos bajo el T-MEC, sobre libertad sindical.
El 19 de septiembre, la Secretaría del Trabajo resolvió que el CCT que pertenecía al sindicato Miguel Trujillo López, pierde vigencia a partir del 3 de noviembre, cuando empieza la segunda etapa de la reforma laboral en Guanajuato. Las relaciones laborales se regirán ahora por contratos individuales, preservando los derechos y prestaciones adquiridas.
Héctor de la Cueva, asesor de los obreros de la planta, apuntó que “lo que se dirimirá” estos días es cuántos sindicatos solicitan la constancia de representatividad, documento que otorga el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral y acredita a determinada organización que cuenta con el respaldo de al menos 30 por ciento de los trabajadores.
Alejandra Morales, dirigente del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores de la Industria Automotriz, formado por empleados de GM, señaló que avanza el proceso para “demostrar que contamos con el respaldo” de los obreros y así firmar otro contrato con la empresa.