San Cristóbal De Las Casas, Chis., Después de caminar ocho horas desde el municipio de Galeana, integrantes de la caravana por la justicia, la dignidad y la libertad del pueblo migrante llegaron ayer al mediodía a la cabecera municipal de Pijijiapan, donde iban a pernoctar, informó Luis García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana, uno de los organismos promotores de la marcha.
Dijo que el contingente –que de acuerdo con sus organizadores lo integran unas 4 mil personas–, que partió a las 4 horas de este martes de Galeana, a 27 kilómetros de Pijijiapan, se instaló en el domo de la unidad deportiva, donde el domingo fueron baleados 13 indocumentados, con saldo de un muerto y cuatro lesionados.
En entrevista telefónica, comentó que los extranjeros avanzan rápido, y pretenden continuar el recorrido hacia Tonalá, Arriaga y tentativamente a Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado.
En este contexto, Heyman Vázquez Medina, párroco de Huixtla, aseguró que elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) amenazaron con detenerlo cuando transportaba a niños y mujeres hacia Pijijiapan.
“Llevaba agua y medicamentos para los migrantes, y en el camino los repartí. Había muchos niños enfermos y les dije que se subieran a mi camioneta, pero como eran muchos, hice cuatro viajes. Alguien de la Guardia Nacional que estaba allí me vio en el último traslado, a tres kilómetros de la entrada a Pijijiapan; atravesaron sus carros en la carretera y me rodearon los agentes de esa corporación y del INM”, relató.
Expuso que sin que se diera cuenta, los uniformados abrieron las puertas traseras de la cabina de su camioneta y sacaron a algunas personas, a quienes subieron a un autobús para regresarlas a Tapachula, pero otros indocumentados los obligaron a hacerlas descender.
“Querían que yo bajara a toda la gente de mi camioneta (…) Les dije que las llevaba al médico porque necesitaban atención. Estuvimos allí; le llamé a Irineo Mújica (director de Pueblos sin Fronteras), quien no estaba muy lejos y llegó con un grupo de migrantes; se hizo la trifulca y tuvieron que ceder”.
Manifestó que los efectivos lo amenazaron y que incluso un funcionario del INM pidió a guardias nacionales: “remitan a este señor al agente del Ministerio Público; tomaron el número de placas de la camioneta y decían que me iban a remitir”, pero después lo dejaron ir.
