Con la decisión de “limpiar de corrupción” los tres poderes de la Unión, el presidente Andrés Manuel López Obrador se enfila a concluir la primera mitad de su administración.

El mandatario hace referencia prácticamente a diario a la importancia de no dar tregua al combate a la corrupción, porque si ello ocurre, advierte, se frena la transformación del país.

La semana pasada, el jefe del Ejecutivo declaró que el combate a las prácticas del pasado, con relevancia en la transparencia en el uso de recursos, es un proceso en que se continuará sin tregua, pero también alude a la responsabilidad de otros poderes, de los organismos autónomos e incluso en las arcas de los gobiernos estatales.

“Nosotros estamos limpiando de corrupción el Poder Ejecutivo y hay que limpiar también de corrupción al Poder Judicial y al Poder Legislativo, y se ha avanzado, pero es un proceso. Afortunadamente la gente está a favor del cambio y por eso vamos a continuar, vamos a seguir”, subrayó.

Considera que es hasta un “pecado social” gastarse el dinero público en asuntos superfluos y en arreglos irregulares, particularmente con proveedores, poniendo en riesgo pagos básicos como la nómina de los empleados. Sin embargo, se comprometió a que la Secretaría de Hacienda daría adelantos de partidas para que los trabajadores públicos no se queden sin salarios y prestaciones de ley.

A nivel doméstico, como se informó el mes pasado en la Presidencia de la República, promete reforzar la austeridad y la transparencia.

Tan sólo en 2020, Palacio Nacional ejerció apenas 523.8 millones de pesos, cantidad pequeña si se le compara con los 3 mil 681 gastados en el último año del sexenio anterior. Casi 70 por ciento de esa partida se destina a servicios personales y 162.3 millones se ocupa en gastos de operación.

El año en curso cerraría en ese mismo nivel, de alrededor de 600 millones de pesos.

Es tan importante el tema de la corrupción para el jefe del Ejecutivo, que lo motivó a asistir a la reunión del consejo de seguridad de la Organización de Naciones Unidas, el martes próximo, en Nueva York.

López Obrador dijo que durante los pasados días de asueto se dedicaría a preparar el discurso que dará en la sede de la ONU.