Aunque en el contexto de la pandemia de Covid-19 la población no percibió problemas de abasto de alimentos, la reducción de ingresos les dificultó el acceso a ellos y las zonas rurales fueron las más afectadas, en comparación con las urbanas. Tan sólo 49 por ciento de los habitantes de Tabasco y Puebla presentaron desde el año pasado inseguridad alimentaria de moderada a grave por la pérdida de ingresos en los hogares.
Esto revelan los resultados de la Encuesta de Seguridad Alimentaria y Alimentación en México 2021, realizada a finales de 2020 e inicios de este año por Rimisp Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, con el apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá, centrada en Puebla y Tabasco. Es parte del proyecto regional Impactos del Covid-19 en la agricultura familiar y seguridad alimentaria en América Latina.
El reporte indica que entre las medidas que adoptaron los hogares ante la pérdida de ingresos fue reducir el consumo de carne y pescado y hacer uso de sus ahorros. Siete de cada 10 hogares consultados mencionó que al menos uno de sus integrantes se quedó sin empleo y más de la mitad de las familias en ambas entidades obtuvieron menores ingresos en comparación al que recibían antes de la pandemia. Sumado a ello las viviendas con jefas de familia tuvieron más dificultades para mantener sus ingresos respecto a los que contaban con jefaturas masculinas.
Menciona que en los dos estados las mujeres toman mayoritariamente las decisiones de la alimentación en los hogares, es decir, sobre qué consumen y dónde lo compran. En relación con los apoyos que se otorgaron en ambos, sólo 55 por ciento de los hogares en Puebla fueron beneficiados, mientras que en Tabasco fueron 64 por ciento.
Se considera que los niveles de inseguridad alimentaria en Tabasco “no son interpretados como inesperados debido a que el levantamiento de la información fue realizado durante la segunda oleada de la pandemia, cuando los hogares fueron afectados tambiénpor desastres naturales, tales como inundaciones y desbordamiento de laderas causados por eventos hidrometeorológicos extremos”.
El caso de Puebla “es más alarmante por el incremento en la prevalencia de seguridad alimentaria respecto a hace tres años”, ya que pasó de 20 por ciento a 28.5 por ciento.
El reporte resume que las medidas aplicadas a raíz de la pandemia por Covid-19 han implicado un aumento en la prevalencia de la inseguridad alimentaria por la disminución de ingresos y el aumento de precios en los alimentos.