Washington. Siete militares estadunidenses que la semana pasada condenaron a un detenido de la base de Guantánamo a 26 años de prisión, tramitaron una apelación de petición de clemencia debido a las torturas que sufrió a manos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
En el que fue el primer relato público de tortura de un detenido tras los ataques del 11–S de 2001, el paquistaní Majid Khan contó al jurado cómo fue violado, golpeado y sumergido en agua por interrogadores de la CIA.
Khan fue sentenciado en la base naval estadunidense en Cuba el viernes luego de declararse culpable de ayudar en complots de Al Qaeda en 2002.
Sin embargo, en una carta manuscrita publicada por primera vez antier por el New York Times, siete de ocho miembros oficiales del jurado de sentencia denunciaron este maltrato como “una mancha en la fibra moral de Estados Unidos”.
La autenticidad de la carta fue confirmada a la agencia de noticias Afp por las comisiones militares en Bahía de Guantánamo.
“Los miembros del panel que se enumeran a continuación recomiendan clemencia en el caso de Majid Shoukat Khan”, indicaron seis oficiales del ejército y un infante de marina.
Firmaron la carta con sus números de jurado manteniendo el anonimato.
“Khan cometió crímenes graves contra Estados Unidos y naciones amigas. Se declaró culpable y asumió la responsabilidad de sus actos. Además, ha expresado remordimiento por el impacto de las víctimas y sus familias”, escribieron.
No está claro qué impacto puede tener la carta, si es que tiene alguno, por loable que sea la postura adoptada por todos menos uno de los miembros del jurado.
Según un acuerdo de culpabilidad anterior, del cual los miembros del jurado no estaban al tanto, Khan será liberado el próximo año, después de pasar 19 años bajo la custodia de Estados Unidos.
A Khan se le permitió contar su historia después de aceptar no divulgar información clasificada.
En una declaración de 39 páginas, describió haber sido torturado en Pakistán, Afganistán y un tercer país tras su captura en Karachi, en marzo de 2003.
Khan, de 41 años, creció en Pakistán y se mudó a Estados Unidos a los 16, atribuyó su decisión de ayudar a Al Qaeda a una falta de juicio.
“No soy el joven impresionable y vulnerable que era hace 20 años”, reconoció a la corte. “Rechazo a Al Qaida y al terrorismo”.
Su testimonio sobre la tortura está respaldado por la investigación del Senado de Estados Unidos sobre los métodos de los interrogadores de la CIA después de los ataques del 11–S.