La Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal reiteró su exigencia a António Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para que organismos afiliados a esa entidad internacional dejen de colaborar en el “mal llamado Tren Maya, megaproyecto gubernamental destructivo para nuestra identidad”.
En una carta, le pidieron un exhorto “claro e inequívoco” al gobierno de México para que detenga las obras y reponga el procedimiento, empezando por una genuina consulta indígena apegada a los estándares internacionales vigentes desde hace más de tres décadas.
Le reprocharon que no haya respondido la misiva que le enviaron el 7 de octubre con la queja que han planteado desde hace dos años: “La forzosa implantación en nuestras tierras del proyecto y la ostentosa participación de organismos afiliados a la ONU a pesar de los serios, graves y reiterados señalamientos de la propia ONU-Derechos Humanos, entre otras organizaciones”.
Recordó a Guterres que en la primera carta le demandaron “que la ONU haga claro su deslinde mediante un exhorto al gobierno mexicano para detener la imposición del mal llamado Tren Maya”.
La asamblea consideró que el papel de varios organismos de la ONU “es incongruente, falto de ética y sin justificación moral, pues, conociendo los hechos de transgresión (señalados públicamente por seis relatores especiales de ONU-DH), ha profundizado su complicidad en el proyecto etnocida.
“Lo más relevante y urgente es que se suspendan las obras hasta que se realice una evaluación de impacto ambiental y social integral e independiente”, subrayó.
Pidió además que “se obtenga el consentimiento de las estructuras representativas identificadas por las propias comunidades afectadas”, dentro del marco del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.