Con la novedad, queridos contribuyentes, que una porción de sus impuestos fue a parar a los grandes corporativos privados para que, con recursos públicos, financiaran su “investigación y desarrollo de tecnología” (IDT, obviamente con fines de mejorar sus negocios), y todo indica que Fox, durante su estancia en Los Pinos, fue el de esta brillante idea para beneficiar a un grupo de firmas nacionales y foráneas sin que la nación obtuviera nada a cambio, salvo el saqueo de los dineros. Con algunos toques de maquillaje El Borolas siguió esa práctica y Peña Nieto hizo lo propio. Se estima que en esos tres sexenios, y sólo por ese concepto, alrededor de 100 mil millones de pesos terminaron en las alforjas de los de siempre.
Años atrás se destapó este asunto (de hecho, desde 2008 México SA ha publicado varias entregas sobre el particular), pero ahora el colega Álvaro Delgado, de Sinembargo, divulga una nota que en su parte medular dice así: “Kimberly Clark de México, empresa de Claudio X. González Laporte, padre de Claudio X. González Guajardo, el artífice de la coalición Va por México (N. de la R. con sus tres perritos: PRI, PAN y PRD), recibió durante el gobierno de Felipe Calderón –a quien apoyó en la elección de 2006– 36 millones de pesos para mejorar los pañales desechables y el papel higiénico que fabrica su firma… Obtuvo ese millonario subsidio en 2009 a través del Conacyt, que en ese gobierno dirigió el actual diputado federal panista y ex gobernador de Guanajuato, en tiempos de Fox, Carlos Romero Hicks…”.
Así es: 36 millones de pesos del erario para que el capo empresarial “optimizara” los pañales y el papel de baño que produce, pero esa cantidad no fue la única, porque entre abril y mayo de 2017 –con Peña Nieto– Claudio X. recibió 50 millones adicionales para que sus “productos non woven” fueran “tecnológicamente mejorados”.
Solo en el periodo que se menciona, Conacyt canalizó más de 658 millones de pesos a 45 empresas privadas, aunque sólo seis de ellas obtuvieron 50 millones cada una: Kimberly Clark de México, Controladora Mabe (la que prometió descuentos en sus productos a cambio de que no le cobraran impuestos), Innovare R&D, Servicios Especializados Peñoles (de Alberto Baillères) y la alemana Thyssenkrupp Presta de México, más su subsidiaria Components Technology (50 millones cada una).
No paró ahí: en 2018 la empresa de Claudio X. obtuvo, vía Conacyt (con Enrique Cabrero Mendoza en la dirección general), otros 50 millones de pesos del erario para seguir “mejorando” la “tecnología” de su línea de “producción non woven”. Entonces, la suma documentada es de 136 millones de pesos sólo en tres años (2009, 2017 y 2018), pero si se mira atrás, es decir, de 2001 a 2016, este barón no dejó de recibir dinero del erario con el pretexto de financiar su “IDT” (flujo que se canceló a partir del primer día de 2019), algo que ni lejanamente se justifica por tratarse de un consorcio con multimillonarias utilidades.
Kimberly-González Laporte no son los únicos beneficiados con el pretexto citado. Como cápsula de memoria, el 4 de julio de 2008 México SA publicó en las páginas de La Jornada que “en la danza fiscal (los “subsidios” para IDT) sólo en 2006 General Motors se embolsó casi 500 millones de pesos y más de 320 millones Daimler-Chrysler de México; Arca, uno de los grupos embotelladores de Coca-Cola en México, se llevó alrededor de 190 millones; Cadbury Adams México 30 millones; Laboratorios AstraZeneca, 13 millones; Bayer de México, más de 7 millones; Bombardier Transportation México, cerca de 4 millones; Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma, de Femsa (la de los Oxxo), alrededor de 11 millones; DuPont México, más de 16 millones; Abbott Laboratories de México, casi 7 millones; Grupo Gamesa (subsidiaria de Pepsico), cerca de 38 millones; Grupo Posadas (que compró Aeroméxico), cerca de 22 millones; Bimbo, 11 millones más 20 a su subsidiaria Barcel (alimentos chatarra, que ese año obtuvo utilidades netas por 4 mil millones); Bachoco (propiedad de la familia Bours, con ganancia por 2 mil millones), 60 millones de pesos; Ricardo Salinas Pliego, con más de 12 millones; Teléfonos de México, 600 millones; Televisa, 672 mil pesos; Banamex-Citigroup, 15 millones, y así por el estilo.
Grotesco, pero año tras año la mayoría de esas empresas repitió en la lista de “subsidiados” con recursos públicos.
Las rebanadas del pastel
¿Es posible tener un partido de izquierda con “dirigentes” de derecha? Por lo visto, sí.