Sería muy interesante saber si alguna de las organizaciones civiles que tanto se preocupan por lo que pasa en los gobiernos hacen algo en la alcaldía Cuauhtémoc, donde Sandra Cuevas, la representante de Ricardo Monreal en la ciudad, más que ejercer como alcaldesa se siente un grado por arriba de reina y hace y deshace según su estado de ánimo, sin límite alguno, ni el de la ley.
A un mes de la toma de protesta, la monrealista se niega a trasparentar los gastos en los que incurrió para festejar su llegada a la jefatura de la demarcación, aunque se ha hecho más que evidente el tamaño de la fiesta donde como en caldo de cultivo se juntaron panistas, perredistas, algunas celebridades del mundo de la farándula, y gente afín a las ambiciones de Monreal.
Por lo pronto no hay datos que le digan a la gente de la alcaldía de dónde salió el gasto que se hizo en la celebración, y por si fuera poco, los datos al respecto, por más pública que fue la fiesta, se niegan del todo, es más para el equipo de Cuevas, en el colmo del cinismo, aquella celebración, no existió.
Pero no es todo, Cuevas da ejemplos claros de cómo debe ser un gobierno y usa, por ejemplo, una camioneta, de esas que son muy grandes, con las placas de otra entidad de la federación para evadir, seguramente el pago de los impuestos.
La ciudadana ejemplar, seguramente bien aconsejada por Monreal, también trepó en el vehículo que mostraba los números de las placas alteradas, posible ilícito cuyo fin desconocemos, es más, ni imaginamos, pero que pinta de pies a cabeza a la señora Cuevas.
Ahora la alcaldesa ordenó meter a la cárcel a un ex funcionario de la administración de la alcaldía por pertenecer a un equipo ideológicamente contrario a ella, y claro, a Monreal, y como se las juegan en ese equipo, el del zacatecano, se le acusó sin pruebas, y el sujeto, de nombre Omar Jaime Rosas, ya goza de plena libertad luego de que no se acreditaron ninguno de los ilícitos que según se dijo había cometido.
La alcaldía ya dañada por los tres años de ¿gobierno? de otro de los alumnos de Monreal, Néstor Núñez, hoy se halla en plena decadencia, y mientras todo hace indicar que la señora Cuevas no quiere pagar impuestos a la ciudad, las calles de la demarcación están cada vez en peores condiciones, pero eso sí, ayer por la mañana, con maña desmedida, pero a la usanza azul, los alcaldes de oposición citaron a conferencia de prensa para decir que lo que se ha hecho en el mes que terminó es producto de su trabajo y no de la labor de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Vaya cinismo.
De pasadita
Así como hace ya algún tiempo se contrataba a ciertas señoras, profesionales en su quehacer para que lloraran y se lamentaran en voz alta por la muerte de alguien, a quienes se conocía como plañideras, hoy han surgido algunos profesionales que al paso de Ricardo Monreal le gritan: “presidente, presidente”, como si la gente ignorara quién es el personaje mencionado.
Parece broma de mal gusto, pero no, se trata sólo del tamaño de las ambiciones del Chucho de Morena que como ya hemos dicho busca la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México tirándole a la Presidencia de la República donde sabe desde ya que no tiene cabida.
Es más, como sabe que tiene las puertas del Palacio Nacional cerradas, anda muy afanosito mandando mensajes de arrepentimiento a los destinos más altos, hasta donde sólo llegan las lágrimas de cocodrilo de sus plañideras. Así está la cosa.