La cumbre de cambio climático de este año ocurre en el contexto de una pandemia como la del Covid-19, que “es un ensayo de lo que van a ser los eventos extremos, catastróficos”, y que van a seguir ocurriendo. No se sabe en qué momento se presentarán fenómenos de este tipo, si serán globales, diferentes o varios al mismo tiempo, pero esto hace evidente que se requiere un compromiso más preciso de los países, advierte Amparo Martínez, directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).
La pandemia “es un resultado del desequilibrio que hemos hecho en el ambiente y que ahora tuvo esta manifestación global”, y era algo predecible, señala en entrevista ante el inicio de la 26 conferencia de las partes (COP26) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la cual se realiza tras la cancelación en 2020 a causa del Covid-19.
Martínez apunta, como opinión personal, que “ha llegado el momento en que los participantes, no Estados, sino las grandes trasnacionales o empresas de energía, que también pueden contribuir a la reducción de emisiones, sean llamadas a obligaciones, pues ahora son voluntarias” sus contribuciones y en términos económicos ellas lo pueden hacer. En las COP no se ha entrado a hablar de las industrias y hay iniciativas que reúnen a muchos integrantes del sector privado, pero son voluntarias, difícilmente habrá una obligación, dice.
Explica que México planteará, entre otros puntos, que se aumente el financiamiento internacional para las naciones vulnerables, ya que el que está ofrecido de 100 mil millones de dólares, si no tiene mecanismos más ágiles y transparentes y si no se aumentan los montos en donde se requiere, no van a alcanzar.
Se tratarán los planes de adaptación de cada país ante el cambio climático, el comercio de emisiones y la transparencia, en la cual se define lo que tienen que reportar todos los países en cuanto a reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, sobre lo cual habrá discusiones fuertes, explica.
También están los rubros de género y derechos humanos, porque “no se puede decir que se van a mitigar emisiones a costa de todo”, con ese pretexto puede venir una compañía a pretender hacer las cosas de cierta forma y sin considerar a la población, agrega.
Acerca del señalamiento que hizo el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente de que la actualización de las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) –en las que México plasmó sus metas de reducción de emisiones voluntarias definidas en el Acuerdo de París– son regresivas, explica que “era un tanto irresponsable subir (las metas) nada más porque se viera mejor un número, a realmente plantear acciones de fondo que vayan cambiando estructuralmente” temas como la eficiencia energética.
Indica que también están las soluciones basadas en la naturaleza, la restauración de ecosistemas, la economía circular, el tratamiento de residuos y hacer un cambio en las practicas ganaderas. Considera que las mayores dificultades en las negociaciones serán sobre el tema del financiamiento.