Brasilia. Al menos 25 sospechosos de robos a bancos murieron ayer durante un operativo conjunto entre las policías Militar y la Federal de Carreteras en la región de Varginha, en Minas Gerais, informaron autoridades.
“El saldo es de 25 criminales muertos; no hay heridos”, informó a la agencia de noticias Afp una fuente policiaca.
Unos 50 agentes irrumpieron en dos granjas donde los “miembros de una organización criminal especializada en robo a bancos y cajeros electrónicos” preparaban el asalto a varias sucursales del municipio.
En una de las granjas, los enfrentamientos a tiros con la policía dejaron “18 muertos”. Otros siete fueron abatidos en la segunda granja. No hubo víctimas entre las fuerzas de seguridad.
“En el momento del abordaje fuimos recibidos a tiros, por lo que los militares tuvieron que responder la injusta agresión para proteger su vida”, declaró en rueda de prensa el teniente coronel Rodolfo Morotti Fernandes, comandante del batallón de operaciones especiales.
“Probablemente es el mayor operativo contra estos crímenes en el país. Muchos infractores iban a robar bancos y fueron sorprendidos por nuestro servicio de inteligencia”, declaró la capitana Layla Brunnela, de la Policía Militar.
La identidad de los fallecidos no fue revelada.
Durante la operación fueron requisadas armas largas, fusiles, granadas, municiones, chalecos antibalas y varios vehículos robados.
Según la Federal de Carreteras, estas bandas usan vehículos robados (a los que suelen prender fuego) para bloquear las calles tras los robos bancarios y así dificultar la persecución.
“Por el nivel de organización, el material utilizado, la cantidad de agentes y la cantidad de vehículos, se trata de una gran banda. Es seguro que son principiantes que se juntaron”, señaló Morotti.
Brasil ha registrado en los últimos años varios robos con modalidad semejante a la de esta acción frustrada, los cuales conllevan un alto grado de planeación, armas pesadas y en ciudades de medio porte para asegurarse una ruta de escape y un botín significativo.
En agosto, una banda de asaltantes sembró el terror en las calles del centro de Araçatuba, en el estado de Sao Paulo, en una acción que se saldó con tres muertos, en la que utilizaron drones, explosivos y rehenes como escudos humanos en la huida.