Bangkok. Más de 160 edificios en la localidad de Thantlang, del estado de Chin, al noroeste de Myanmar, incluidas tres iglesias, fueron destruidos el viernes por los obuses disparados por el ejército, informaron activistas y la prensa local ayer.
Se desconoce el número de víctimas en los incendios por la dificultad para acceder a la zona bombardeada, según un vocero del grupo de resistencia Fuerzas de Defensa de Chinlandia, informó el portal de noticias Myanmar Now.
La ONG Save the Children reportó daños a sus instalaciones en el ataque, que comenzó en torno de las 11 horas locales, tras el uso de armamento pesado, en un incendio que sigue arrasando la ciudad ante la falta del servicio de bomberos.
“La destrucción causada por esta violencia es totalmente irracional. No sólo ha dañado una de nuestras oficinas, sino que podría destruir la población entera y los hogares de miles de familias y niños”, aseveró la agencia con sede en Londres en un comunicado. Además, mostró su preocupación por la seguridad de 20 niños que se cree permanecen en la ciudad.
La Organización de Derechos Humanos de Chin indicó en un comunicado que los incendios en Thantlang empezaron a extinguirse por la mañana de ayer y que unas 200 viviendas estaban dañadas.
La destrucción en la ciudad parece ser la mayor en lo que va de los enfrentamientos del gobierno militar de Myanmar y las fuerzas que se le oponen. El ejército tomó el poder el pasado 1º de febrero, deponiendo al gobierno electo de Aung San Suu Kyi, pero no ha logrado poner fin a la resistencia, que sólo tiene armas de caza y de fabricación casera.
Grupos defensores de los derechos humanos y expertos de la Organización de Naciones Unidas advirtieron que el gobierno planea una gran ofensiva en el noroeste, incluido el estado de Chin, y regiones de Magway y Sagaing.
En Thantlang vivían casi 10 mil personas antes de que los combates obligaran a huir a casi toda la ciudad el mes pasado, cuando el conflicto se intensificó en el estado de Chin. La mayoría de los habitantes de la localidad se han refugiado en pueblos de la frontera con India, mientras otros han cruzado la frontera.