Tixtla, Gro., La producción de flores para el Día de Muertos en el Valle de Tixtla se redujo en alrededor de 70 por ciento debido a que la pandemia de Covid-19 provocó la muerte de unos 50 campesinos que se dedicaban a su cultivo y obligó al confinamiento al resto de productores, informó Pedro Tizapa Dionicio, tesorero de la organización Unidad de Riego de Agua de la Alberca (URAA).
Hasta antes del Covid-19, unas 400 personas obtenían su sustento y el de sus familias de la siembra, cuidado, cosecha y venta de flores. Ante el fallecimiento de decenas de ellos y el semáforo rojo que los mantuvo en casa, unos 350 sembraron sólo 150 hectáreas, “pero no toda la tierra, si acaso algunos retacitos para no perder la tradición del Día de Muertos”.
La siembra total de flores, continuó, apenas llegó a 30 por ciento de las hectáreas dedicadas a ese fin, “hubo mucho temor por parte de los productores porque, además de los 50 que murieron, varios enfermaron de coronavirus y se les pasó el tiempo de la siembra. Muchos tampoco sembraron porque sabían que no habría ventas”, declaró el agricultor.
Aún más, en esta temporada, la flor “la quemó” el mal temporal y el exceso de lluvias.
En este municipio se trabaja la tierra prácticamente todo el año; “esta es la temporada de las flores, por el Día de Muertos, e incluso hasta las fechas navideñas.
En el valle de Tixtla se siembran sobre todo la flor de cempasúchil y la de terciopelo, y en menor escala las margaritas, la nube y la viuda. En la zona también se cultivan maíz, frijol y hortalizas, además de jitomates y verduras. También hay muchas tierras de riego, sobre todo en las zonas aledañas a la Escuela Normal de Ayotzinapa”, explicó.
Los precios no varían mucho, por ejemplo la flor de terciopelo se vende en 80 pesos el ramo grande; el de cempasúchil a 100. La docena de margaritas cuesta 280 pesos; una de nube se cotiza hasta en 200. Un manojo de viuda cuesta 20 pesos y el pericón, del que hubo una buena producción esta temporada, cuesta cinco pesos. Las que subieron un poco son las coronas, principalmente de cempasúchil, que en esta ocasión cuestan a 35 pesos.
En la circunscripción existen tres organizaciones campesinas: “los de la zona de riego de la presa Juan Catalán Berbera, los laguneros, llamados así por su ubicación en la rivera de La Laguna, además de la URAA”. Los productores venden sus flores en Acapulco, Zihuatanejo, Chilpancingo, la Costa y la Costa Chica, además de municipios aledaños a Tixtla; también llegan compradores del estado y de la Ciudad de México.