Óscar Valdez, campeón mundial de boxeo en peso superpluma, tenía el sueño de ser nadador olímpico. La totalidad atlética de esta disciplina y la exigencia física siempre lo sedujeron.
La vida lo llevó a representar el pugilismo de México en dos Juegos Olímpicos (Pekín 2008 y Londres 2012). Liliana Ibáñez sí cumplió su sueño de convertirse en nadadora y ser la mexicana más rápida de la historia y también pudo participar en dos certámenes (Londres 2012 y Río 2016).
Ayer, ambos atletas compitieron en natación como parte de un reto para reunir fondos para ayudar a niños con cáncer. En un alberca al sur de la Ciudad de México, Liliana derrotó al campeón superpluma del CMB al registrar 24 brazadas en una final de 50 metros mariposa. El boxeador, sin embargo, no quedó mal para sorpresa de todos y fue segundo con 32 brazadas. Un buen resultado para un púgil.
En la competencia, cada brazada representó un donativo a beneficio de la lucha contra el cáncer infantil y la jornada se prolongó toda la noche del sábado, como parte de un maratón acuático en la Alberca Olímpica Francisco Márquez.
Liliana y Óscar, además de amigos, fueron compañeros de delegación en los Juegos de Londres. Ambos son muy competitivos y decidieron desde hace tiempo competir juntos por alguna causa social.