Jackie Nava dejó claro que la mejor peleadora en la historia de este deporte en México es ella y nadie más. Anoche, en el Auditorio Municipal de Tijuana, venció por decisión unánime a Mariana Juárez y es la nueva campeona mundial diamante de peso supergallo por el CMB.
Si Jackie pensaba retirarse pronto, más vale que lo piense mejor. Lo suyo fue una demostración de que su carrera ha sido un desafío permanente a los lugares comunes sobre lo femenino, su participación en el deporte y la edad útil de un atleta. Jackie está impecable como en sus inicios hace 20 años.
La pelea de anoche además fue más que un combate de boxeo. Fue un discurso de género, una reivindicación atlética y una deuda histórica. Dos pioneras, veteranas y dignas, se enfrentaron por fin como si fuera el clímax de un deporte al que las mujeres llegaron tarde por resistencia del machismo.
Jackie movía los pies con gracia de bailarina y los puños con el ímpetu de unos arietes. Mariana no la encontraba, muy pronto se vio rebasada; se movía con lentitud y desmadejada. Más que oponer, La Barbie sobrevivía cada episodio.
La mala fortuna de Mariana fue que esta Jackie parece la mejor versión de toda su carrera. Rápida e inasible, la de Tijuana fue superior en toda la pelea. La Barbie exhibía tristeza e impotencia, pero también la certeza de que a pesar de la derrota, el valor nunca le ha faltado.