A pesar del tibio ajuste pensionario al Apartado A plasmado en el Decreto AMLO-Noriega Curtis del 16/12/20, sólo en lo que se refiere a las comisiones que cobran las Afore, la actitud de Abraham Vela Dib, ex responsable de la Comisión de Ahorro para el Retiro (Consar) era tan tibia como el decreto que presumía implementar.
Éste consigna (artículo 37) que ellas “estarán” sujetas a un máximo, el cual resultará del promedio aritmético de los cobros en Estados Unidos (EU), Colombia y Chile y de “conformidad” con las políticas y criterios que para ello emita la Junta de Gobierno Consar (integrada con representantes del sector obrero, patronal y gubernamental). En la medida en que las comisiones en estos países tengan ajustes a la baja serán aplicables las mismas reducciones y en caso contrario se mantendrá el promedio que al momento se esté aplicando”.
Y, el transitorio primero precisa que el decreto entrará en vigor el primero de enero de 2021, mientras el décimo sostiene que la Junta de Gobierno de la Consar contará con un plazo de 30 días para darle cumplimiento.
¿Y qué hizo Vela Dib? Primero declaró que “el tope no será de 0.54 por ciento, sino que será mucho más alto ( La Jornada, 29/12/20). Y luego, el 11 de diciembre de 2020 dejó las comisiones promedio que cobrarán las 10 Afore –en todo 2021– muy cerca de como estaban en 2020: .80 por ciento. Aunque publicó una disminución de 11.5 puntos base, salvo Pensionissste que bajó de .79 a .53 por ciento (26 puntos base) y la no autorizada a la Afore Coppel (Consar, Comisiones de las Afore para 2021) ¿De qué lado jugaba Vela Dib?
Claro, en su comunicado “aclaraba” que la Junta de Gobierno reconoce que esta baja de comisiones “obra” en beneficio de los cuentahabientes del SAR y presumía que era “congruente” con una trayectoria descendente a niveles internacionales en 2024.
Pero sólo unos días después, se atrevió a declarar que el tope máximo que ordena el decreto a las Afore “pudiera” entrar en vigor en 2022 y que se “establecería” en noviembre de 2021. Esa es la “interpretación” de la Consar al decreto que otorgaba, según Vela, los primeros 30 días de enero para hacer una equivalencia de las comisiones de EU, Colombia y Chile y determinar de forma “precisa” y tomando en “cuenta” las peculiaridades de esas naciones, cuál será la “tasa” de comisión que prevalecerá en 2022. Es un reto “complicado”, puntualizaba. Pero nos hemos contactado con especialistas para asesorarnos sobre cómo funcionan estos sistemas en sus países y que la Junta de Gobierno trabaje en el aspecto “técnico” del tope máximo que dispone el decreto ( El Economista, 13/12/20).
Para Vela “no” existía posibilidad de que el mercado de las Afore se viera “perjudicado”: no preveo “quiebras”. Hay “margen” para que las comisiones bajen a 0.70 por ciento. En la Consar “queríamos” lograrlo gradualmente, pero “se optó por la forma abrupta” del promedio aritmético que “no” es representativo de un estándar internacional, como lo “mencionó” la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), subrayó. Las Afore “pueden” absorber una reducción significativa. De la comisiones 50 por ciento se “distribuye” en partes iguales en dos componentes: 25 por ciento en gasto comercial y otro tanto en utilidades netas. La Junta de Gobierno estimó que el gasto comercial beneficia “poco” al trabajador, al no “educarlo” en materia de ahorro para el retiro. Las Afore sólo buscan “arrebatarse” clientes. Pero él, Vela, pretendía bajarlas sólo a 0.70 por ciento.
Establecidas las comisiones para 2021 y siguiendo con el hecho de que “el tope no será de 0.54 por ciento, sino mucho más alto”, Vela divulgó, hasta entonces, la aprobación del acuerdo del 12 de febrero de la Junta de Gobierno por el cual se dictaban políticas en la materia, enviado a la Comisión Nacional de la Mejora Regulatoria para el análisis de su “impacto” regulatorio, y que operarían a partir de enero de 2022 (Consar, la Junta de Gobierno modifica sus políticas y criterios en materia de comisiones, 10/3/21).
¿Quién integraba esa Junta de Gobierno? Al 15/2/21 participaban por el sector gobierno: SHCP, secretario Herrera y subsecretario Yorio; STPS, secretaria Alcalde; Banco de México, gobernador Díaz de León; Comisión Nacional Bancaria y de Valores, presidente Adalberto Palma; Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, presidente Ricardo Ochoa; IMSS, Zoé Robledo; (Issste), Luis Ramírez; Infonavit, Carlos Martínez, y Consar, Abraham Vela. Sector obrero: CTM, Abelardo Carrillo y Fernando Salgado; CROC, Salim Kalkach; CROM, Rodolfo Guzmán. Sector patronal: Concamin, Francisco Cervantes.
Para decirlo con AMLO: la Consar, lugar donde lo viejo no murió y lo nuevo aún no nace. Eso sí, estratégicamente “orientada” por la tibia “visión” del relevado Abraham Vela Dib (Cfr. al respecto, acuerdo de la Junta de Gobierno de la Consar por el que dicta políticas y criterios en materia de comisiones, DOF, 21/5/21). ¿El nombramiento de Iván Pliego al frente de Consar hará el cambio de la 4T?
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco