El programa de Microcréditos para el Bienestar presentó “debilidades e insuficiencias de control que incidieron en su operación”, sobre todo al determinar los recursos que otorgaría en cada una de sus modalidades y en la selección de las personas beneficiarias, indicó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Como parte de la segunda entrega de la cuenta pública 2020, la entidad revisora señaló que el mencionado esquema –al cual ya no se le asignaron recursos para el año entrante– cumplió en términos generales con las disposiciones legales y normativas en la materia, excepto por algunas fallas relacionadas con su operación.
Una de ellas, indicó, es que la Secretaría de Economía (SE) “no acreditó contar con los criterios ni los elementos para determinar que los montos de los apoyos económicos (6, 10, 15 y 20 mil pesos) que se establecieron en las Reglas de Operación fueron los adecuados para cubrir las necesidades de los beneficiarios y que contribuyeron al inicio y consolidación de los micronego-cios beneficiados”.
De igual forma, la mencionada institución “no estableció mecanismos de control y seguimiento que le permitieran asegurar que todos los expedientes electrónicos contaran con la documentación para comprobar que las personas beneficiarias cumplieron con los criterios de elegibilidad y requisitos para acceder al apoyo financiero en el ejercicio 2020”.
Asimismo, la SE le habría otorgado recursos por 96 mil pesos a 16 usuarios que ya habían fallecido antes de recibir ese apoyo, y “no estableció los mecanismos de control para la recepción y administración de los rembolsos de los beneficiarios en el Fideicomiso del Programa de Microcréditos para el Bienestar en el ejercicio 2020, que le permitieran conocer la captación y el destino de los recursos por concepto de rembolsos”.
Por dichas irregularidades, la ASF emitió 15 recomendacio-nes a la SE y 10 promociones de responsabilidad administrativa sancionatoria.