Xochitepec, Mor., La proporción de los males siquiátricos y neurológicos, respecto al total de padecimientos (carga global), aumentó casi en 50 por ciento, pues en los años previos a la pandemia era de 10.5 por ciento y en 2020 se ubicó en 15 por ciento. Aunado a ello el gasto en salud mental no ha tenido la misma tendencia, y en algunos países incluso disminuyó, debido a la prioridad en la atención sanitaria del Covid-19, consideraron expertos en salud mental.
En el Seminario Desafíos en Salud Mental y Neurológica, organizado por la farmacéutica danesa Lundbeck, se detalló que en América el gasto público en salud mental representa apenas “2 por ciento” del presupuesto sanitario y más de “60 por ciento” de ese dinero se destina a hospitales siquiátricos.
El siquiatra Agustín Torres Cid de Léon, autor de la Guía para sobrevivir al cuidado de un paciente con Alzheimer y otros tipos de demencia, precisó que por el SARS-CoV-2 se espera un aumento de casos de demencia, debido a las afectaciones vasculares que genera el coronavirus y a su incidencia en el desarrollo de depresión. Y es que esta última es uno de los “factores de riesgo modificable” que inciden en el desarrollo de demencias (4 por ciento de riesgo).
Explicó que la “soledad incrementa en 50 por ciento la posibilidad de demencia”, condición que experimentó un alza debido al confinamiento y las medidas de distanciamiento social para evitar contagios de Covid-19, y agregó que ya antes de la pandemia había un subregistro de casos, por lo que con el aislamiento esa situación puede haberse agudizado.
Nuria Marcos, doctora en ciencias médicas por la Universidad de Barcelona y directora médica, regulatoria y de calidad de Lundbeck, México, Centroamérica y Países Andinos, y Sara Montero, directora general de dichos laboratorios para la misma región de América, hicieron hincapié en que las demencias son uno de los males con mayores repercusiones sociales, económicas, físicas y psicológicas.
De los “50 millones” de personas con demencia existentes a escala global, 60 por ciento viven en países de ingresos bajos y medios, y se espera que para 2030 haya “85 millones” de personas con esta afectación. Las demencias son las principales causas de discapacidad y dependencia entre los adultos mayores y se estima que actualmente hay 9.4 millones de personas con esta condición en América.
Torres Cid de León comentó que desafortunadamente los casos se detectan tardíamente, cuando ya tienen entre tres y cuatro años de evolución. Esto es porque los familiares no distinguen las primeras manifestaciones clínicas, las cuales tienden a asociar a comportamientos de la edad.
“Uno de cada tres médicos piensan no tratar la demencia porque no hay nada que hacer”, pero lo cierto es que existen muchas terapias que “reducen la severidad”, señaló el especialista.
El principal factor de riesgo es la edad, “una de cada 100 personas entre 60 y 65 años va a tener demencia y tres de cada 10 personas de 85 años”.