Luego de 21 años de lucha organizada, la comunidad coca de Mezcala, Jalisco, logró que el Tribunal Superior Agrario ratificara la sentencia favorable que ordena que el invasor Guillermo Moreno Ibarra le devuelva sus tierras.
Lo que sigue, que no es poco, es que se turne el expediente al tribunal unitario en Guadalajara para instruir la ejecución. Ese será el momento culminante de una lucha que le ha costado represión, órdenes de aprehensión, encarcelamiento y todo tipo de amenazas a esta comunidad de la riviera del lago de Chapala que se propuso no permitir la invasión de lo que les pertenece.
Aquí ya se sueña con todas las posibilidades comunitarias que se pueden realizar en el predio aún invadido. “Ese espacio volverá a ser de uso común y se tiene un proyecto de una universidad de uso comunitario”, anunciaron las autoridades comunales, quienes ya planean una Universidad de la Tierra.
El empresario tapatío ha realizado todo tipo de trampas para no devolver las tierras que de un día para otro amanecieron cercadas. “Ahora esperamos que entienda que esto ya se acabó”, advierte la comunidad coca.
La sentencia es un “mensaje de esperanza de que la luchas bien llevadas son al final efectivas”, dijo el abogado de la comunidad Rubén Ávila Tena. Más de dos décadas de lucha lo demuestran, pues aquí no sólo se ha jugado la parte jurídica, sino que, literal, se han puesto el alma y el cuerpo.
La historia se remonta a 1999, cuando el empresario Guillermo Moreno invadió nueve hectáreas de una zona boscosa de tierras comunales, a las que luego sumó otras tres, y luego, con la complicidad de las autoridades en turno, se apoderó de más de 20 hectáreas del cerro El Pandillo, que mejor nombre no podía tener, pues Guillermo Moreno tenía años disfrutando de una mansión con la mejor vista al lago más grande de México, para cuya construcción destruyó, sin pudor, el bosque que se le atravesó, ahuyentando a la fauna de la región.
Viene el camino de la construcción comunitaria, de los planes autónomos y colectivos, de un posible y merecido respiro a la orilla del lago. Falta y urge la fecha de la ejecución de la sentencia.