Tixtla, Gro., En las fachadas de varias casas ubicadas en la calle Igualdad, del barrio de Camposanto, en el municipio de Tixtla, el pintor guerrerense Víctor Hugo González Apreza, apoyado por varios jóvenes artistas, trabaja en al menos 10 murales, a fin de “rescatar nuestras costumbres y tradiciones del Día de Muertos”.
La muerte es el tema central de las obras, de las cuales ya están terminadas siete, y tienen como finalidad “que la gente se identifique en su trayecto al panteón, al momento de visitar a sus seres queridos que se adelantaron en el camino”.
En esta localidad, ubicada a 14 kilómetros de Chilpancingo y que vive inmersa en la violencia a causa de la disputa del territorio por parte de presuntos grupos delincuenciales, González Apreza, de 53 años, se hace cargo desde hace 20 del Taller Libre de Arte.
En entrevista, el muralista, oriundo de Tixtla, indicó que durante muchos años ha radicado en otros estados del país e incluso fuera de México; “pero en los últimos 11 regreso a mi tierra para hacer los murales alusivos a las fiestas de esta época”.
El artista, que a los 11 años hizo su primera exposición, recordó que este proyecto se inició durante unas pláticas “con muchachos del pueblo, que antes se dedicaban al grafiti” y se acercaron a él para pedirle que les diera clases.
“Hoy muchos son licenciados en artes plásticas; dejaron de jugar en las paredes para enfocar su trabajo en un contenido más cultural”, señaló.
En la elaboración de las pinturas realizadas en los muros participan seis colectivos, incluido uno que llegó ayer de la Ciudad de México, algunos autodidactas y otros que ya son profesionales.
La gente, detalló Víctor Hugo, “con gusto” da permiso para que sea decorado el exterior de sus viviendas y varios vecinos con meses de anticipación buscan la convocatoria para formar parte del proyecto.
“Tratamos de preservar las tradiciones de estas fechas, muy arraigadas en Tixtla, y conservar así la esencia ancestral de nuestro pasado prehispánico en la fiesta de los fieles difuntos”, recalcó.
Tradición de 11 años
Explicó que por 11 años se ha efectuado esta práctica en el municipio, aunque en dos ocasiones no se pudo concretar: la primera vez cuando se inundó la laguna (2013) y el año pasado por la pandemia de Covid-19.
“Nunca hemos recibido apoyo de las autoridades, solamente se acercan para tomarse la foto; los trabajos se llevan a cabo con la ayuda de amigos altruistas”, puntualizó.
Añadió que después de terminar su labor, viajará al estado de Oaxaca y luego a Guanajuato, donde lo invitaron a hacer otras obras. porque “ya conocen mi trabajo”.