Alice Bag fue frontwoman de The Bags junto con Patricia Morrison. Entre 1977 y 1980 grabaron varios sencillos y canciones para compilados, parte de la primera ola del punk de Los Ángeles. The Bags hacía punk acelerado y expresivo, con un estilo propio, en una era en que la atención de los medios especializados se dividía entre Londres y Nueva York. Se trató de una camada que en un plazo de meses mutó de admiradores del rock clásico a formar sus propias bandas: “Mi amiga Patricia y yo nos conocíamos de la secundaria; éramos fanáticas de la música glam, ella de Freddie Mercury y yo de Elton John; nos escapábamos de la escuela y fantaseábamos con ser grupis; éramos demasiado jóvenes, teníamos la ilusión de que ellas llevaban una vida glamorosa. Con el tiempo nos dimos cuenta de que no era así y decidimos tocar: Patricia se hizo bajista y yo cantante. Fue la época transicional entre el glam y el punk. El glam era el rock para los raros, desafiaban los estereotipos de género usando maquillaje o vestidos; no sé si fue intencional, pero cuando tienes un grupo que sale de esos estereotipos es liberador para las mujeres”.
Uno de los efectos del recambio generacional propulsado por el punk fue la posibilidad de que los jóvenes que tomaron los escenarios se influenciaron entre ellos: “Llegó la hora de asistir a nuestro primer show punk. Tocaron The Germs, The Zeros y The Weirdos; nos voló la cabeza. Los de The Germs nos dijeron antes de empezar: ‘Oh, no sabemos tocar’, y no les creímos, pero así fue, era su primer concierto e hicieron un ruido tremendo; se estaban riendo de la audiencia, y Bobby Pin, luego conocido como Derby Crash, sacó comida de una bolsa de compras, empezó a masticar, a tirarla sobre sí mismo y a la audiencia... la mitad del público los insultaba y les aventaba cosas. Luego de dos canciones les cortaron el sonido. The Zeros eran cuatro chicanos y hacían lo que hoy se llamaría pop punk; The Weirdos tenían la propuesta más desarrollada de los tres grupos”.
Alice y Patricia grabaron un sencillo para el sello Dangerhouse y tuvieron una participación en el compilado Yes L. A. En 1980, una filmación del grupo, ya sin Morrison, fue grabada en el icónico documental Decline of Western Civilization.
En ese entrecruzamiento de performance y liberación juvenil solían expresarse asuntos que escapaban a la mera expresión artística: “Cuando yo era niña, mi padre fue abusivo con mi madre, la golpeaba; muchas veces quise detener la violencia, pero era demasiado joven. Cuando subí a un escenario por primera vez me sentí poderosa, sentí que tenía una voz. Mucha de la rabia de esa frustración explotaba ahí, cuando practicábamos en el estudio, yo gritaba como si estuviera en terapia, y esto le ofrecía algo diferente a la audiencia, pero a veces los integrantes de la banda se enojaban porque no era una actuación”.
Cuando menciono que la ultra-derecha de Internet se atribuye la frase “el conservadurismo es el nuevo punk”, Alice ofrece una respuesta clara: “Son una bola de pendejos, no se puede discutir con esa postura. Si lo que haces es conservador, tus acciones defienden al status quo y al patriarcado; entonces, es lo opuesto el punk, porque el punk siempre estuvo en contra de eso. La única manera de hacer algo creativo y diferente es separarse de lo que vino antes; entonces, no veo la manera de que un fanático de Trump pueda ser punk”.
En su condición de testigo y partícipe, amerita preguntarle qué nota al pie agregaría a una historia visitada y revisitada: “El punk no sería nada si fuera del hombre blanco; a veces se toma como un estilo masculino; qué aburrido sería, si no hubiera sido inventado por mujeres de color, queer, de todos los estratos. A veces me dicen que canto como si fueran rancheras; sé que hay un dicho en español sobre eso y que no es elogioso, pero no se trata de cantar bonito, sino de hacerlo con emoción. Entonces, si le puse algo de ranchero al punk, gracias. Lo que más se ignora en la historia es la contribución de las mujeres y los queers; necesitamos leer lo que escriben esas otras personas y que hagan otros documentales. Una historia contada desde un punto de vista es una mentira”.
Actualmente, orgullosa portadora de su ciudadanía mexicana, Alice cuenta cómo decidió residir en Ciudad de México: “Llegué con el plan de pasar tiempo con mi familia, con mi tía Josefina, de 98 años, entenderme mejor con mis orígenes, explorar de dónde viene mi familia, conocer Durango, Chihuahua, Coahuila. También estoy abierta a un proyecto creativo. Tengo suficiente furia dentro para encender una llama bastante grande”.