Los bosques inscritos en la lista del patrimonio mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) desempeñan un papel vital en la atenuación del cambio climático, ya que absorben anualmente cerca de 190 millones de toneladas de dióxido de carbono presentes en la atmósfera, señala un estudio multidisciplinario enviado por la agencia del organismo mundial a La Jornada.
Sin embargo, investigadores de la Unesco, del Instituto de Recursos Mundiales y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, apuntaron en la investigación que 10 de los 257 bosques clasificados, entre ellos el Parque Nacional Yosemite, en Estados Unidos, o la selva tropical de Sumatra, Indonesia, emitieron más dióxido de carbono del que absorbieron, por la actividad humana y el cambio climático.
Según la pesquisa, cuyas mediciones se hicieron entre 2001 y 2020, se debe principalmente a la fragmentación de las tierras debido a la explotación forestal y al desmonte en beneficio de la agricultura.
También se incluyen la amplitud y la gravedad de los incendios forestales y los fenómenos meteorológicos extremos, como los huracanes, que ralentizan la capacidad de absorción del dióxido de carbono. La Unesco destaca que, sin intervención de los bosques, se añadiría un tercio a la cantidad de gases tóxicos que anualmente afectan al planeta.
Recomendación
El estudio insta a resguardar los sitios del Patrimonio Mundial de la Unesco y sus paisajes próximos, con una protección fuerte y una gestión sostenible que sirvan para garantizar que esas florestas continuarán actuando como sumideros de carbono para las generaciones futuras. En el link https://bit.ly/3blndI7 se puede leer el informe completo de la Unesco.