La Fiscalía General de la República (FGR) concluyó “en definitiva” que José Eduardo Ravelo Echavarría, originario de Veracruz y quien pereció el pasado 3 de agosto en Mérida, Yucatán, no murió por actos de “tortura ni violación sexual por parte de los elementos aprehensores de la policía municipal”, como se indicó inicialmente.
Peritajes de autoridades federales refieren, según la FGR, que el deceso se debió a “neumonía no relacionada” con su detención, realizada el 21 de julio anterior, o con algún traumatismo causado durante su arresto.
La institución refirió este jueves que existió “falsedad en dictámenes ministeriales”; por ello el 18 de octubre “ejercitó la facultad de atracción sobre las conductas presuntamente responsables de personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Yucatán que falsearon dictámenes periciales y presionaron ilícitamente a testigos, con la finalidad de ejercitar acción penal en contra de policías municipales”.
Agregó que está en curso “el proceso para ejercer acción penal en contra de tres servidores públicos” de la FGE y que investiga “la posible negligencia de médicos” del hospital general Doctor Agustín O’Horán que atendieron al joven.
La FGR acotó que recabó más de 50 testimoniales, realizó 45 periciales de medicina forense, química, genética, mecánica de lesiones, criminalística, audio, video e informática, entre otros.